Escuelas comunitarias son una necesidad en Victoria del Portete

Cuando empiece el año lectivo en septiembre próximo, lo más probable es que Rosa Largo se abstenga de enviar a su nieta a la escuela para que curse el nivel Inicial. La razón no se debe a la emergencia sanitaria provocada por la COVID-19, sino a la distancia.

Rosa vive con su familia en San Agustín de Victoria del Portete, una comunidad que se emplaza, aproximadamente, a cinco kilómetros del centro parroquial en donde funciona la Escuela del Milenio.

Hasta hace seis años, en San Agustín había un establecimiento que ofertaba la primaria, pero con la construcción de la Escuela del Milenio de Victoria del Portete, la institución, junto a otras 12 que se alzaban en la parroquia rural, fueron cerradas.

Si bien se construyó una moderna escuela compuesta por aulas grandes y laboratorios de computación, a las comunidades, entre ellas San Agustín, les quedó lejos la institución educativa.

El caminar unos cuantos pasos para llegar al establecimiento se convirtió en kilómetros. Para ayudar de alguna manera, busetas y buses escolares empezaron a recorrer las vías de las comunidades para recoger a los estudiantes. Sin embargo, ello significó cambiar un hábito en los niños.

“Chiquititos tenían que estar parados en la parada. Había que hacerles levantar a las cinco. A veces no iban ni desayunando porque donde perdían el bus ya no podían ir a la escuela”, recuerda Rosa, cuyos nietos estuvieron tanto en la escuela de San Agustín como en la Escuela del Milenio.

Pero la última nieta de Rosita, quien ya puede ingresar al nivel Inicial, todavía no entrará a la Escuela del Milenio que ya tiene el permiso para retomar las clases presenciales, debido a que no hay cómo achicar la distancia que los separa, a menos que se cuente con vehículo propio o se alquile una camioneta.

En San Agustín funcionaba una escuela comunitaria. La institución fue cerrada cuando se abrió la Escuela del Milenio. AWM

Y en gran medida, la población no tiene ni para lo uno ni para lo otro. El costo de una carrera desde San Agustín hasta el centro de Victoria de Portete es de cinco dólares. ¿Cómo se paga ello? Es casi imposible para varias familias.

A 20 minutos de San Agustín, en donde ya se siente el frío del páramo, se encuentra la escuela Aureliano Márquez, de Gualay, otra comunidad de Victoria del Portete. En el 2019, el Ministerio de Educación había adecuado la institución para reabrirla, pero con la llegada de la pandemia, el sueño de los padres de familia se vio truncado.

Desde hace años la escuela no recibe a alumnos porque fue cerrada por el funcionamiento de la Escuela del Milenio de Victoria del Portete. Y si las familias que viven en San Agustín se complicaron para enviar a sus hijos, la problemática fue todavía más en Gualay.

Al llegar a la comunidad, si se consulta a los padres si desean que la escuela comunitaria vuelva a funcionar, responden con un rotundo sí. La necesidad es todavía más grande en Gualay considerando el número de niños que viven en la zona.

En Gualay, una de las aulas se encuentra en mal estado tras el paso de los años. AWM

Cuando inició el confinamiento, la presidenta de Gualay, María Eugenia Maldonado, hizo un censo: en la comunidad hay 500 personas, de las cuales, la mitad son niños.

“Nosotros sí hemos estado pidiendo que se reabra la escuelita para que los pequeñitos no vayan, no madruguen a la cinco de la mañana y no regresen a las dos de la tarde. Teníamos unos niños que por lo general llegaban dos y media, tres de la tarde, caminando, entonces es complejo”, explicó Maldonado.

Desde que se hizo la intervención en la escuela, en donde reposan las bancas vacías y los pizarrones blancos, la institución no ha sido usada, y conforme pasa el tiempo, la infraestructura se deteriora.

Progresivo

La reapertura de las escuelas comunitarias volvió a tratarse una vez que el Comité de Operaciones de Emergencia y el Ministerio de Educación dieron paso a que las primeras instituciones educativas en volver a recibir estudiantes en sus aulas sean las que se ubican en las zonas rurales.

Una vez que se inauguró la Unidad Educativa del Milenio en Victoria del Portete, las instituciones de las comunidades se cerraron. AWM

Sin un gran número de contagios y la falta de conectividad y equipos tecnológicos, las autoridades educativas vieron prudente permitir que las escuelas de los sectores rurales vuelvan a abrirse para que los estudiantes puedan estudiar.

Sin embargo, en varios casos aquello no era posible porque las escuelas estaban ya cerradas desde mucho antes que se declarara la emergencia sanitaria.

Ante ello, el Ministerio de Educación del exgobierno de Lenín Moreno empezó a tratar el tema de la reapertura, y la actual ministra de Educación, María Brown, ha continuado con el proceso a través de un plan en el que se contempla que 900 escuelas comunitarias se abran en los cuatro años de gobierno de Guillermo Lasso. (AWM)-(I)


Reapertura de planteles

En el caso del Azuay, según explicó la viceministra de Educación, Cinthya Game Varas, se tiene previsto empezar con la reapertura de ocho instituciones comunitarias. Sin embargo, las escuelas que están en San Agustín y Gualay no constan en el primer listado, en el cual sí están cuatro escuelas ubicadas en las parroquias: Octavio Cordero, Sidcay, Paccha y Quingeo.

Para las familias de las comunidades de San Agustín y Gualay, de Victoria del Portete, es necesario que se considere también sus escuelas porque los recursos económicos no avanzan para cubrir con la demanda que ha dejado las clases virtuales ni con los costos elevados del transporte privado.

Mientras tanto, hasta que haya una decisión, la infraestructura continúa deteriorándose. Como dicen en las propias comunidades: “por lo menos antes se acababan las cosas con los niños. Ahora las escuelas están allí, como bodegas”. (I)

Andrés Mazza

Periodista y fotógrafo. Escribe sobre cultura, educación, migración y astronomía.

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