Han pasado más de diez días –sin respuesta, sin diálogo– desde cuando un grupo de personas con discapacidad iniciaran una huelga de hambre frente a la Corte Constitucional de Justicia para exigir a las autoridades respuesta a sus legítimas y justas demandas, que responden a la frustración de muchas personas con discapacidad y de sus familias; medida extrema para denunciar el caos y al abandono que vive la población con discapacidad en un país cuyo marco legal responde a un política asistencialista que no contempla un modelo social de la discapacidad , como tampoco un enfoque de derechos, en claro irrespeto a todos los acuerdos internacionales en materia de discapacidad. Exigimos que la Corte responda las consultas de la población, los maestros llevan cien días de huelga y, ahora, se unen a ellos personas con discapacidad. No es posible que ni siquiera una huelga de hambre conmueva a las autoridades. ¡Hay vidas en peligro! El “Gobierno del encuentro” no se ha pronunciado utilizando el falso argumento del respeto a las funciones del Estado, cuando no es la Corte la que debe resolver las duras realidades que viven los maestros ecuatorianos y las personas con discapacidad y sus familias. (O)
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