EDITORIAL

Sentido del diálogo

El instinto impone el comportamiento de los seres vivos, la capacidad de razonar posibilita anticipar parcialmente lo que se espera de una decisión, escoger entre posibilidades y tomar una decisión. Para bien o para mal en el ser humano hay un predominio de la razón que posibilita controlar y organizar parte de los instintos. Además, mediante el lenguaje, la capacidad de comunicación con los otros se intensifica posibilitando el diálogo, consistente en el intercambio de puntos de vista y posiciones diferentes para llegar a acuerdos en los que las partes cedan partes de sus aspiraciones y metas. Es importante tratar de sacar el mayor provecho posible de esta condición.

Las ideas sobre cómo debe estar configurada la sociedad y actuar un gobierno ante diferentes problemas son distintas lo que, superando imposiciones de la autoridad dominante, en una democracia el diálogo entre gobernantes y gobernados es esencial para llegar a acuerdos beneficiosos para la colectividad. Para que este camino opere, es fundamental que los que dialogan y el gobierno, tengan claridad para dar a conocer sus problemas y soluciones esperadas, aceptar los argumentos, tomar conciencia de las posibilidades y ceder parcialmente a sus posiciones iniciales para lograr acuerdos que beneficien a la comunidad.

Dialogar con la intención de que cada parte “convenza” a la otra que tiene el ciento de razón, carece de sentido, igual si es que se inicia con amenazas de diversa índole. Para que funcione adecuadamente una democracia es muy importante que haya cultura política suficiente en la ciudadanía de los medios a los que se debe recurrir para acercarse, lo más cerca posible, a la paz social dentro de las condiciones existentes. Es importante en este sistema que haya grupos opositores que pongan freno a la tendencia de los abusos de poder de las autoridades, pero también que estos grupos cumplan las normas establecidas para mantener la paz dentro de las limitaciones del entorno en que se vive.

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