El surgimiento de la crisis ecológica, no solo en países en desarrollado, sino también en los países industrializados; como resultante de las políticas egoístas de los Estados y sus compañías transnacionales, que destruyen la naturaleza y, está en peligro la existencia de la biosfera de la Tierra y de toda la humanidad.
Hay que entender que los seres humanos se preocupan no tanto por registrar las consecuencias dramáticas de la incesante destrucción de la biosfera, como por descubrir sus fuentes directas, por los cuales las transnacionales ejercen sus fuentes nocivas en la naturaleza, que ya no son dramáticas, sino trágicas.
Pero allí aparecen “los” ángeles que vienen con sus trompetas a defender la «libertad»; con un amplio debate revelador de unos cuantos que hacen apología del desarrollo económico, pues nadan entre dos aguas, entre la riqueza de unos y los pobres, que son expulsados por aquellos y rechazado por estos, es decir su concepción de persona a partir de la libertad.
Si no aclaramos, quien precisamente, como y en qué grado perjudica al entorno, la pobreza, o el consumismo, no se podrá tomar las medidas para preservar nuestra Tierra, sus riquezas y su belleza para las presentes generaciones y las venideras. Ejemplo 700 fundas de papel, corresponde a un árbol de 15años; y una funda rota de basura, contamina igual 30metros a la redonda. ¿Qué quiere decir esto? Una vida sin compromisos es una vida desarraigada…El estar por encima de su entorno, se revela de pronto como carencia… El secreto doloroso de los poderes facticos es: Que los pobres son libres, y solo aquellos lo saben.
La alarmante contaminación y destrucción de la biosfera y, las evaluaciones que hacen dichas compañías de la crisis ecológica son mundos distintos. (O)