La Asamblea Nacional

La recomposición de la Asamblea Nacional a raíz de las pasadas elecciones trajo consigo la sensación de un ambiente de cambio, tanto en su conducción, cuanto en el comportamiento y compromiso de sus miembros.

La corrupción, el poco trabajo legislativo o el apuro en aprobar leyes o reformar otras al apuro, los amaños, los chantajes, llevaron a la anterior Asamblea a tener una aprobación ciudadana de no más del 5 %.

Pero, por los hechos, la actual va por el mismo camino, si no hay un golpe de timón a tiempo, si no hace un mea culpa, anteponiendo los intereses del país a los personales, de grupo o de movimientos o partidos políticos, sobre todo pensando en todos los ecuatorianos, víctimas de la crisis económica, social, laboral, de salud, de educación y de inseguridad.

De hecho, la Asamblea es el centro del debate político. En ella están representadas todas las fuerzas políticas, aun las más volátiles y sin pisca de ideología.

Pero no. Desde declaraciones inoportunas para pedir “robar bien”, cobrar comisiones para ofrecer empleo, comprometiendo a otras funciones del Estado; tratar de serruchar el piso a legisladores por investigar la corrupción casa adentro; hacerse eco y hasta apoyar, sin beneficio de inventario, posiciones intransigentes, pendencieras y hasta desestabilizadoras de grupos belicosos e impositivos a nombre del pueblo, hasta las de hacerse víctimas de una supuesta “violencia política”, de aprobar exhortos en temas no de su incumbencia, y de una escasa tarea legislativa, siempre a la espera de las iniciativas del Ejecutivo, pero para caerle encima, son parte del panorama sombrío de la actual Asamblea.

Con pocas excepciones, pero en el Legislativo pasan el tiempo asambleístas poco o nada productivos, u otros cuya tarea es responder trinos, o ser parte del enredo verbal intranscendente, cuando no del coro de quienes quieren ver rodar al país por el despeñadero.

Aún es tiempo de enmendar. Los asambleístas deben demostrar ser dignos de su investidura, comenzado por la presidenta de la Asamblea.

CMV

Licenciada en Ciencias de la Información y Comunicación Social y Diplomado en Medio Impresos Experiencia como periodista y editora de suplementos. Es editora digital.

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