La lectoescritura, un proceso educativo que deben retomar docentes y familias en el nuevo año lectivo

De manera progresiva los estudiantes de la Sierra y la Amazonía están regresando a las aulas, y uno de los primeros pasos que están siguiendo los docentes es la realización de un análisis pedagógico, ya que la emergencia sanitaria ha repercutido en el aprendizaje de los menores de edad.

La suspensión de las clases presenciales y la implementación de métodos distintos a la interacción física dejó, en muchos casos, algunos vacíos en un proceso que los estudiantes debían seguir para alcanzar un objetivo en específico.

Y entre esos procesos está la lectura y la escritura, las cuales son consideradas como uno de los pilares básicos que requieren los niños para continuar con su desarrollo. Sin embargo, con la virtualidad, hubo muchas limitaciones que se extendieron todavía más hacia quienes no tuvieron el acceso a una pantalla.

El Ministerio de Educación ha sido consciente de ello, por lo que hace unos días presentó el plan nacional “Aprender a tiempo”, que, entre sus objetivos, está la lectura y escritura.

Según el programa que abarcará a 717 instituciones de educación intercultural de la Sierra, la finalidad será introducir a la lectura y a la escritura como prácticas habituales en todas las asignaturas del currículo.

Pero ¿qué pasa con los estudiantes que todavía no regresarán a las clases presenciales o con los que no serán considerados en el plan?

Para Juan Fernando Auquilla, docente de lengua y escritura académica de la Universidad Nacional de Educación (UNAE), además de las políticas públicas relacionadas con la lectura y la escritura que dicte el gobierno, es necesario pensar ya en el contexto en el que se vive, así como en la empatía, en el conocimiento y en las estrategias a tomar.

 “Yo creo que hay que entender que la lectura y la escritura es un proceso con una estructura que va de poco a poco, paso a paso. Uno escucha que se aprende a leer por imitación, que los padres lectores generan hijos lectores, pero ¿qué pasa con los estudiantes que no tienen ese ejemplo? Entonces inmediatamente no será lectores, dirán, pero eso es una mentira”, dijo Auquilla.   

El docente e investigador cree que, para romper con ese estigma, es necesaria la participación de los docentes y de las familias, quienes son una pieza fundamental en el desarrollo de los infantes que están aprendiendo a leer y a escribir.

Pero, para alcanzar el desarrollo, se requiere un compromiso de trabajo que puede tomar un tiempo considerable.

Para la ministra de Educación, María Brown, según sus declaraciones en un medio de comunicación nacional el pasado 1 de septiembre, ese tiempo de nivelación por lo menos tomará entre uno y dos años, y no solo dependerá de los maestros.   

Recursos

Pilar Burneo es docente de educación básica. Una de sus primeras impresiones en este nuevo año lectivo es que habrá mucho trabajo por cumplir con los niños que ya debieron dar sus primeros pasos en la lectura y la escritura, y que, sin embargo, no han dado por la situación actual.

“Se esperaba que este proceso se vea interrumpido por la pandemia, pero ahora yo creo que hay que enfocarnos en ayudar y dar soluciones. Un trabajo en conjunto con los padres se requiere. Todos estamos en esto”, opinó Burneo.

Para los docentes los recursos gratuitos, ya sean físicos o virtuales, están al alcance de quienes quieren involucrarse en la enseñanza. Desde leer en voz alta hasta participar en clubes de lectura son algunas de las herramientas que pueden servir para encaminar a los niños en la lectoescritura.

“Empezar con fragmentos, luego ir a los párrafos, después los capítulos son las opciones para generar ese ambiente de lectura. Y hay que generar diálogos entre las familias en torno a lo que se está leyendo”, aconsejó Juan Fernando Auquilla.

Programas para niños

Con el objetivo de formar parte del proceso de acompañamiento en la lectura y escritura, el Museo y Parque Arqueológico Pumapungo, junto al programa Tambos de Lectura, el 9, 16, 23 y 30 de septiembre realizarán “lectura al parque”.

Entre las 10:00 y 13:00 las familias podrán solicitar libros para leerlos en las áreas abiertas de la institución.

Además del espacio para pedir las obras del fondo bibliográfico que maneja los Tambos de lectura, están disponibles las mediaciones lectoras que, por ahora, se realizan a través de la virtualidad todos los lunes, a las 16:00. (I)

Andrés Mazza

Periodista y fotógrafo. Escribe sobre cultura, educación, migración y astronomía.

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