Los talibanes agradecieron este martes el compromiso de la comunidad internacional para destinar más de mil millones de dólares en asistencia humanitaria con el fin de atender la grave crisis en Afganistán, una situación que no ha hecho más que empeorar desde la caída del país en manos de los islamistas.
«Les agradecemos la ayuda de más de mil millones de dólares anunciada en Ginebra y queremos que continúen esas ayudas, por un lado para ayudar al pueblo de Afganistán y por el otro para ayudar con la seguridad, la estabilidad y la gran transformación que busca fortalecer» al país, dijo en una rueda de prensa el ministro de Exteriores afgano, Amir Khan Muttaqi.
La Conferencia de Afganistán celebrada ayer en Ginebra y organizada por la ONU, a la que asistieron los ministros de Exteriores de un centenar de países, consiguió la promesa de más de mil millones de dólares de la comunidad internacional, entre ellos 64 millones ofrecidos por Estados Unidos, sobrepasando la meta fijada en unos 600 millones de dólares.
Los talibanes lo han visto como un paso positivo de parte de la comunidad internacional hacia el país, empobrecido y devastado por décadas de guerra.
«Nuestra esperanza es que esta asistencia continúe en el futuro. Damos la bienvenida y agradecemos esa asistencia y cooperación. Sin duda, esa asistencia puede tener un impacto positivo para resolver y disminuir los problemas económicos de nuestros compatriotas», dijo a Efe el portavoz talibán Bilal Karimi.
«Nuestros líderes políticos están tratando de atraer más asistencia y cooperación internacionales», añadió.
Por su parte, Muttaqi destacó la «buena voluntad» mostrada por los talibanes hacia la comunidad internacional tras su victoria en la guerra, que se dio al tiempo que las tropas internacionales completaban su retirada del país, al permitir un corredor seguro a los extranjeros para que salieran de Afganistán desde el aeropuerto de Kabul.
Un gesto que, lamentó, Washington respondió «castigando la riqueza y el dinero del pueblo afgano y lo congeló», dijo en referencia al corte de los activos líquidos y las reservas afganas depositadas en Estados Unidos hecha por los organismos internacionales tan pronto como los talibanes tomaron el país.
Estados Unidos «como gran país debe tener mucha paciencia; no deberían comportarse así con un país pobre como Afganistán. Queremos relaciones positivas y mutuas con la comunidad internacional y les pedimos que no ejerzan más presión sobre los afganos», dijo.
Recordó que la presión política y financiera ejercida sobre sus líderes y el movimiento durante las últimas dos décadas no provocó la derrota de los talibanes y aseguró que tampoco lo logrará ahora.
«Deberíamos intentar ir en la dirección positiva y tomar el camino de la diplomacia y las relaciones económicas. La estabilidad y seguridad de Afganistán es la seguridad del mundo», apuntó.
Muttaqi reiteró el compromiso de los talibanes a respetar «todos los principios internacionales siempre que estos no estén en contradicción con los principios islámicos y los intereses nacionales afganos».
La comunidad internacional, que aún no ha reconocido al Gobierno de los talibanes, tiene serias preocupaciones por el respeto a los derechos humanos en Afganistán, especialmente de mujeres y niñas.
«Tratamos de tener buenas relaciones con el mundo respetando esos (principios). No tenemos ningún problema al respecto», dijo hoy el ministro, que insistió en que las normas del país estarán en concordancia con las leyes islámicas.
La diplomacia del Gobierno talibán intentará «representar» a todo el país y, a medida que la situación mejore en el futuro, intentará «cambios positivos» para el país, aseguró el ministro interino. EFE