El presidente de Rusia, Vladímir Putin, y más de 110 millones de sus compatriotas comenzaron a votar en la primera jornada de unas elecciones legislativas en las que no participa la oposición extraparlamentaria, cuyos líderes han sido marginados, encarcelados o se encuentran en el exilio.
«¡Hagan su elección!», dijo Putin tras depositar su voto de manera electrónica en el despacho de su residencia en Novo-Ogariovo, a las afueras de Moscú.
Putin intentó así animar a sus conciudadanos a votar durante los tres días habilitados para minimizar el riesgo de contagio de la covid-19, aunque la oposición sospecha que el partido del Kremlin, Rusia Unida, aprovechará las 36 horas de votación para manipular los resultados.
LA VOTACIÓN COMIENZA UN VIERNES
Como es tradición, las regiones de Kamchatka y Chukotka, en el Lejano Oriente, fueron las primeras en abrir las urnas. Con todo, a media tarde, menos del 10 % de los rusos habían ejercido su derecho al sufragio.
Aunque la Comisión Electoral Central (CEC) negó irregularidades o problemas con las cámaras de seguridad, su presidenta, Ella Pamfílova, denunció las grandes colas y aglomeraciones en algunos colegios electorales.
«No se respetan las distancias sanitarias. Es inaceptable», dijo.
La prensa independiente llamó la atención sobre que esas colas fueron formadas por militares, profesores y trabajadores de empresas e instituciones públicas, granero electoral de Rusia Unida.
La oposición ha acusado en numerosas ocasiones a las autoridades de obligar a los empleados del sector público a votar a la formación oficialista so pena de despido.
«El problema no es la falsificación de los resultados, sino la postura de no hacer nada, ya que nada va a cambiar. Esa es una postura muy común en Rusia», señaló a Efe en castellano Dina, una observadora que vivió en Argentina.
Por ese motivo, ella decidió por primera vez dedicar sus tres días libres a velar por la limpieza de los comicios en representación del partido liberal Yábloko.
«Puede ser que no cambie nada hoy ni el próximo año, pero por lo menos hago algo, lo intento», señaló.
ESTABILIDAD CONTRA CAMBIOS
«Mejor que nos quedemos como estamos. Yo quiero continuidad y estabilidad», comentó a Efe Marina, una pensionista, justo después de depositar su voto en un colegio del norte de Moscú.
Rusia Unida, que busca renovar la mayoría constitucional -más de 300 de los 450 escaños de la Duma-, apuesta por los programas sociales para socavar los apoyos a los comunistas, el segundo partido en intención de voto, con más del 16 %, según los sondeos.
De hecho, Putin firmó hoy, en plena jornada electoral, un decreto sobre el pago de 50.000 rublos (casi 700 dólares) a las víctimas del Bloqueo de Leningrado (1941-44) durante la Segunda Guerra Mundial.
«Apoyar a las víctimas del bloqueo es nuestro sagrado deber moral. Todo nuestro país, todo nuestro pueblo siempre recordará la hazaña de los habitantes de Leningrado», aseguró.
Los comunistas informaron a Efe de que ellos no se fían de los tres días de votación, por lo que instaron a sus partidarios a quedarse en casa hasta el domingo.
«¿Los comunistas? Ya estuvieron en el poder. Lo importante es que yo me fío de Rusia Unida», comentó a Efe Alexandr.
Además de no poder participar debido a su encarcelamiento y el ostracismo de muchos de sus correligionarios, el líder opositor, Alexéi Navalni, vio como Google y Apple retiraban hoy de sus tiendas la aplicación sobre el «Voto Electrónico», programa que recomienda votar a los candidatos con más posibilidades de derrotar al oficialista, sean comunistas, liberales o nacionalistas.
PUTIN VOTA POR INTERNET
La novedad de estas elecciones es el voto electrónico. Según la CEC, 2,6 millones de rusos pueden utilizar esa opción en Moscú y otras seis regiones rusas.
«Como ustedes ven, en condiciones de restricciones sanitarias, he cumplido con mi deber cívico por internet, en formato electrónico», dijo Putin, como se pudo ver por televisión.
En las imágenes se ve al presidente ruso mientras tecleaba en su ordenador personal. «Gracias, su voto ha sido aceptado», le respondió el sistema informático de voto.
La comisión electoral espera que el voto electrónico supere el 90 % de participación -más de un millón ya lo hizo en Moscú- y que en un futuro se extienda por casi toda la geografía nacional.
«Yo voto con papeleta. Hasta he traído mi bolígrafo. Mi hija me prohibió usar el que nos dan aquí para que no me contagie», dijo una risueña Masha, una octogenaria moscovita.
Pamfílova denunció también una avalancha de ataques informáticos contra el portal estatal utilizado para votar telemáticamente, la mitad de ellos procedentes de EEUU, a cuyos gigantes tecnológicos Moscú ha acusado de injerencia electoral.
También empezaron hoy a votar los ciudadanos rusos de la península ucraniana de Crimea, anexionada por Rusia en 2014, y del Donbás (este de Ucrania), escenario de un conflicto desde ese mismo año, lo que ha sido condenado por Kiev y Occidente. EFE