Es extremadamente penoso y lamentable lo que ha sucedido en los pasados días con nuestra ciudad, un proyecto que tiene todos los componentes para convertirse en un espacio que requerimos, nos merecemos y que por sobre todas las cosas, asigna a un sector creciente todas las condiciones para que pueda desarrollar su actividad de manera correcta y en zonas construidas precisamente para este tipo de labores, haya recibido una petición de suspensión de tareas por parte de la Defensoría del Pueblo, condición que expone una vez más la débil estrategia aplicada para la concreción de un entorno tan estratégico de nuestra Cuenca.
La expresión inmersa en estas líneas jamás podrá ser aducida como una posición a la generación de espacios como la ciclovía, por el contrario, se considera que la ciudad se merece más kilómetros destinados para la realización de este tipo de actividades, las cuales aparte de convertirse en un pilar fundamental en la salud de los cuencanos, apoya enormemente a la generación de nuevos mecanismos de movilización humana, alivia la contaminación ambiental y permite el desarrollo de una localidad amigable, inclusiva y preocupada por sus ciudadanos y las diversas preferencias de movilización que se puedan tener.
Pensemos una vez más en que la ciudad se construye desde diversos frentes, consideramos que la creación de espacios tan invasivos como los desarrollados en estos días, imperantemente debe incluir en su avance el criterio de todos los actores y miembros de la colectividad, jamás se podría dar por sentado que una obra de esta naturaleza, así su consecución se catalogue como estratégica, podrá obviar la opinión de quienes habitamos en nuestra querida Cuenca. (O)