La reactivación económica toma fuerza en Cuenca y en toda la provincia del Azuay. Situación similar ocurre en el resto del país.
Es un buen augurio tras año y medio de estancamiento a causa de la pandemia por el Covid-19.
La masiva vacunación emprendida por el gobierno resultó vital para retomar el optimismo y comenzar a reactivarse. Una aspiración ansiada por todos los sectores productivos, desde el más grande, hasta el mediano, el más pequeño, y aun de quienes se dedican al comercio informal o trabajan un día sí, otro no. Y estos últimos son la mayoría.
En ese contexto, el Comité de Operaciones de Emergencia cantonal de Cuenca ha aprobado nuevas directrices para tal reactivación.
Ya se pueden organizar conciertos, festivales, espectáculos cómicos, deportivos, bailes populares, fiestas parroquiales, congresos, rodeos.
Se requerirá la autorización previa del COE cantonal, y el respeto al aforo del 70 % de la capacidad del lugar escogido para tales propósitos.
También se autorizó, por 30 días, un plan piloto para bares, discotecas y centros de diversión para mayores de 18 años, con un aforo del 50 % y la presentación de protocolos de bioseguridad.
Del cumplimiento de esas y otras disposiciones dependerá, y así lo entendemos, la prolongación de aquel plan.
Otro sector beneficiario de las restricciones es el de transportación interprovincial e intraprovincial.
En el caso de Cuenca, el transporte escolar también está autorizado para servir con un aforo del 75 % en sus unidades.
De esa forma, toda la cadena productiva comenzará a dinamizarse con más fuerza. Sus repercusiones la población la sentirá también en su estado anímico.
En el caso de Cuenca ni se diga, en vísperas de conmemorar su aniversario de independencia.
Empero, vale reiterar: el virus “sigue vivo”, sigue entre nosotros. Ojalá la vacuna, la reactivación y la eliminación, parcial en muchos casos, de las restricciones, no lleven al desbande de la gente.
Ojo: AÚN NO PODEMOS CONSIDERARNOS SOBREVIENTES DE LA PADEMIA.