Unas 30 mascotas son rescatadas cada mes en la Feria Libre

En el sector Feria Libre de Cuenca, el abandono de gatos y perros cachorros es frecuente. Se considera que ciertas personas llevan a los animales con el fin de venderlos y, al no lograr la venta, optan por abandonarlos en rincones y otras veces la acción es más despiadada, colocan a los animales en sacos y los dejan en tachos de basura, como si se tratara de desperdicios; algunos han muerto y otros han sido salvados.


Uniformados de la Guardia Ciudadana, encargados de la vigilancia del buen uso de los espacios públicos, se han convertido en rescatistas de los animales; así, numerosas veces han logrado evitar que los cachorros mueran asfixiados o aplastados en basureros o a su vez atropellados en las vías.


Tras el rescate, los animales son llevados a las instalaciones de la Guardia Ciudadana, ubicada en la avenida Carlos Arízaga, con el fin de ponerlos en adopción. De esta manera, las familias acuden a este destacamento y ofrecen un hogar para las mascotas.
Sin embargo, la despiadada acción de abandono de animales se ha vuelto común, de tal forma que es constante el hallazgo de perros y gatos.


Esta semana, con el uso de redes sociales, la Guardia Ciudadana difundió fotografías de varios felinos y canes que requerían ser adoptados, tras la realidad del abandono.


Por ejemplo, la entidad constantemente publica: “Cachorros son rescatados y buscan un hogar. Ayúdanos a encontrarles una familia. Están en nuestro destacamento de El Arenal”.


El problema de abandono no es reciente, a pesar de la existencia de una ordenanza para el control y manejo de la fauna urbana y la protección de animales domésticos de compañía del cantón Cuenca, que en su capítulo 2, prohíbe el abandono de animales en espacios públicos y privados. Además, esta plantea sanciones.


En noviembre del año anterior, colectivos de defensa de los derechos de los animales estimaron que en la provincia de Azuay existía alrededor de 60.000 perros abandonados, de los que unos 2.000 se encontraban en refugios y centros de rescate. Se destacó el trabajo que cumplen las fundaciones y grupos animalistas; sin embargo, consideraron que falta mayor responsabilidad y apoyo de la ciudadanía en cuidados y esterilización.


Activistas de los derechos de los animales consideran que un solo perro que esté en la calle puede llegar a tener más de 250 descendientes a lo largo de su vida, y eso puede llegar a convertirse en un problema de salud pública. (I)

Andrés Mazza

Periodista y fotógrafo. Escribe sobre cultura, educación, migración y astronomía.

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