Coincidente, resulta constatar la obra cumbre de un escritor que, con su título editorial, habría constituido ya, un anuncio anticipado de su partida. El domingo último de septiembre, Eliécer Cárdenas Espinosa, escritor laureado con algunos premios, por sus novelas, cuentos, ensayos y crónicas periodísticas, se habría convertido con presteza y sin previo anuncio, en aquello que su novela enunciara, en “polvo y ceniza”.
Desde el universo de la Letras, deploramos la partida de este prosista singular, que viniera a Cuenca, desde su natal Cañar, para desplegar su enorme creación literaria, con entrega y enorme.
Eliécer Cárdenas Espinosa dibuja en su obra señera, la figura de ese gran bandolero, que fuera Naún Briones, en cuyas páginas contrapone al rico y al pobre, a la justicia y a la injusticia, a la honradez y a la corrupción. Este personaje de la cultura cuencana ha dejado su universo tan de súbito, habiendo amalgamado el saber del Cañar, en la tradición cuencana, siendo esta ciudad la que se convirtió en su casa y en su espacio creador.
Hemos recreado de sus numerosas obras narrativas y, semana a semana, diario El Mercurio incluyó su artículo editorial, sobre temas variados de la vida de la ciudad y el país, exhibiendo su profundo nivel crítico e incisivo. Ahora, la comunidad lectora deplora la partida de Eliécer Cárdenas Espinosa, quien estará ya gozando de la compañía de otros grandes de la literatura cuencana que le antecedieron. (O)