La prolongación de la pandemia evidencia la necesidad de transformar los sistemas de salud de Latinoamérica, la región más desigual del mundo y donde el proceso de vacunación avanza de manera asimétrica, denunció la ONU.
En un informe conjunto, la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) y la Organización Panamericana de la Salud (OPS) aseguraron que «fortalecer la inversión pública» y «consolidar Estados de bienestar» son condiciones necesarias para controlar la pandemia y «avanzar hacia una recuperación transformadora con igualdad y sostenibilidad ambiental, en línea con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS)».
«El año pasado sosteníamos que sin salud no hay economía y hoy reiteramos que sin salud no habrá recuperación económica sostenible», dijo la secretaria ejecutiva de la Cepal, Alicia Bárcena, durante la presentación del documento.
Con más de 1,5 millones de muertes y más de 45,7 millones de casos confirmados desde que se detectó el primer caso en Brasil en febrero de 2020, la pandemia está lejos de darse por terminada en Latinoamérica y, aunque los momentos más duros han pasado y ningún país se encuentra ya en cuarentena, hay algunos rebrotes.
Pese a constituir solamente el 8,4 % de la población mundial, la región acumula cerca de una quinta parte de los casos confirmados de covid-19 y alrededor del 30 % de las muertes en todo el mundo.
SOLO EL 39 % DE LA POBLACIÓN VACUNADA
La prolongación de la pandemia en Latinoamérica está relacionada con «las debilidades estructurales de los sistemas de salud», junto al avance lento de la vacunación y «las dificultades de los países para mantener medidas sociales y de salud pública en los niveles adecuados», indicó el documento.
En promedio, un 39 % de la población latinoamericana cuenta con el esquema completo de vacunación, aunque hay grandes diferencias: si Chile y Uruguay superan el 70 %, 25 de los 49 países y territorios de la región no sobrepasan el 40 %.
«Se ha hecho evidente la importancia de fortalecer la capacidad de la región para producir vacunas y medicamentos y superar la dependencia externa», agregó Bárcena.
Los sistemas de salud de la región están «fragmentados» y tienen un «subfinanciamiento», con un nivel de inversión muy inferior al acuerdo del 6 % del PIB, de acuerdo al informe, que también recuerda que en Latinoamérica hay una disponibilidad promedio de 20 médicos por cada 10.000 habitantes, «muy por debajo de los parámetros recomendados».
En el texto, ambos organismos que hacen parte del sistema de Naciones Unidas consignaron «una alta correlación entre la vulnerabilidad socioeconómica y el nivel de gravedad y muerte por covid-19».
También manifestaron su preocupación por la falta de acceso a los servicios de salud que ha experimentado una parte de la población durante la pandemia debido a la saturación: un 35% de los países habría registrado algún tipo de interrupción en la provisión de servicios integrados de salud este año.
«El Estado ha desempeñado un papel clave e indispensable a la hora de responder a los desafíos de la pandemia y debe seguir teniendo ese papel para tomar un nuevo rumbo de política pública, a fin de construir sociedades más igualitarias, inclusivas y resilientes», indicó por su parte la directora de la OPS, Carissa F. Etienne.
El PIB regional se desplomó un 6,8 % en 2020 -la mayor recesión en 120 años- y se produjo una caída histórica de la ocupación y un aumento sin precedentes del desempleo, junto con incrementos significativos de la pobreza y la desigualdad.
Para 2021, la ONU espera una tasa de crecimiento del 5,9 %, mientras que en 2022 será del 2,9 %, aunque esta expansión no será suficiente para recuperar el nivel de PIB anterior a la crisis. EFE