Relajamiento y relajo

Suenan muy parecidos, pero en la coexistencia humana pueden ser contradictorias. Las tensiones son parte de nuestra vida y pensar en personas o colectividades carentes de este componente es imposible. Todos buscamos tranquilidad y orden, pero puesto que vivir implica realizar y realizarnos para alcanzar metas, en este proceso son indispensables obstáculos y dificultades que conllevan tensiones, cuya superación deviene en tranquilidad. Las tensiones son parte de este proceso y su superación satisface el diario vivir.

En el devenir de las colectividades pueden darse situaciones negativas, como las guerras, que incrementan e intensifican las tensiones y es necesario conseguir un relajamiento que devuelva a nuestros espíritus la tranquilidad. En el último tiempo, el COVID19 ha obligado a la humanidad a una serie de alteraciones incómodas en su conducta, con las consiguientes tensiones. Parece que esta situación se va a superar, lo que trae consigo un relajamiento, pero no se ha llegado al final por lo que debemos ser cautos en el retorno a la normalidad.

Relajo quiere decir desorden, falta de seriedad, barullo, incompatibles con la forma de vida humana y social. Cuando se dan situaciones provocadas por otros, contrarias al orden establecido, se dice que armaron o se armó un relajo. En el caso de la esperanza de superar el COVID, el exceso de optimismo por el retorno a la vida tranquila puede provocar un relajo cuyo efecto sería el recrudecimiento de este virus maligno.

El abuso en la omisión de medidas preventivas, en lugar de intensificar el relajamiento puede provocar un relajo. Jamás olvidemos la prudencia y disciplina en el ordenamiento existencial. (O)

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