A propósito de mi último artículo sobre San Francisco de Asís, algunos lectores me han comentado que la versión que ellos habían escuchado sobre la Edad Media europea era muy diferente pues siempre les habían dicho que fue una época oscura y de fanatismo en donde las invasiones bárbaras que llevaron a la caída del Imperio romano habían creado un ambiente de violencia e inestabilidad.
En realidad, las invasiones crearon un ambiente de inestabilidad e inseguridad, pero pasado el año 1000 las cosas empezaron a cambiar. Las tribus bárbaras se asentaron y dieron origen a las actuales nacionalidades del viejo mundo.
El latín, que los conquistadores habían impuesto como idioma oficial, evolucionó para producir las llamadas lenguas romances: español, italiano, rumano, portugués y francés. Estas nuevas lenguas se plasmaron en escritura y luego en literatura con poemas que daban cuenta de héroes como el Cid Campeador, las hazañas de Rolando o la mitología de los Nibelungos.
Las Iglesias románicas, primero y las catedrales góticas, luego en el siglo XIII, surgieron como obras maestras de la fe y la arquitectura. Santo Tomás consolidó una de más más sólidas filosofías del mundo occidental: la escolástica.
Primero en Italia (Bolonia) y luego en Francia, España e Inglaterra nacieron las primeras universidades.
El cristianismo en occidente y el islam desde el norte de África, dieron personalidad propia a la época que debe que ser entendida desde su matriz religiosa. Wil Durant, la llamó con propiedad, la Edad de la Fe.
¿De dónde nació el prejuicio de que fue una épica oscura? Pues desde la visión de la Ilustración y el racionalismo del siglo XVIII que, con sus prejuicios anti religiosos des desconocieron los grandes logros de esos a los que, equivocadamente calificaron como tiempos oscuros. Desgraciadamente esa versión se mantuvo como verdad, cuando en realidad es una de las tantas mentiras de la Historia. (O)