En un lugar del Ecuador de cuyo nombre no quiero acordarme, se reunieron tres tristes tigres para planear su próximo ataque. Su presa sería el hombre de bien el que, el 11 de abril, ganó sin fraude una partida de ajedrez al discípulo alelado del tigre más avezado. “Hay que abrir la caja de Pandora y hacer que vuelen miles de papeles desinformando a los incautos con publicaciones maliciosas y calumnias sobre él presidente”, rugió el tigre del ático, aquel que compró un mundo de Honoris Causa con el dinero de los ecuatorianos. El tigre del trópico con un bigote negro como negra es su conciencia, agregó con su voz de matraca: “Activaré los troles del PSC y ordenaré que se hagan los locos con los papeles que mencionan nuestros nombres”. El tigre que usa poncho y sombrero para los shows mediáticos pero que en la intimidad de su choza usa ropa americana y consume alimento balanceado importado, acotó: “Yo azuzaré a la jauría del páramo para que caoticen carreteras y ciudades”.
“¿Qué futuro tendremos si descubren los asesinatos, torturas y secuestros, los vuelos a paraísos desconocidos, ahora ya conocidos, y todos los negociados que hemos hecho?”, les preguntaba visiblemente perturbado, el tigre del ático. “Eso ustedes pues”, le contestó el tigre del páramo, acomodándose el poncho, “porque yo no he mandado a torturar, ni a secuestrar, ni a asesinar a nadie”, mientras el tigre del trópico, hecho un manojo de nervios, pellizcábase el bigote frenéticamente.
Al caer la noche, cada quién se fue a su refugio respectivo: un ático, una isla y una choza. Es curiosa la “amistad” entre los tristes tigres luego de que se enemistaron cuando uno de ellos fue presidente. En septiembre del 2017, Nebot amonestó públicamente a Correa, diciéndole textualmente “… que deje ya de hablar tanta pendejada…” con respecto al Puerto de Posorja. ¿Y cuándo Correa despojó de su sede a la CONAIE y mandó a reprimir brutalmente las protestas indígenas tildándolos de “indios salvajes”, o cuando Nebot les mandó a quedarse en el páramo, ya no se acuerdan? La memoria es frágil, cuando conviene…
Es evidente el pacto que hizo Nebot con Correa para manejar la Asamblea y absolver los pecados mortales a la pandilla de ladrones. Se dio con la piedra en los dientes. Por eso, los tres tristes tigres comen trigo en un muladar, y no en un trigal. (O)