El número de niños y mujeres secuestrados para pedir rescate crece de forma «alarmante» en Haití, donde se han producido al menos 101 raptos de enero a agosto, superando el total registrado durante todo 2020, advirtió Unicef este jueves.
Según estimaciones de Unicef basadas en fuentes oficiales, 71 mujeres y 30 niños fueron secuestrados en los primeros 8 meses de 2021, frente a 59 mujeres y 37 niños en 2020, indicó la organización en un comunicado.
Este grupo representa un tercio de los 455 secuestros reportados este año, la mayoría perpetrados en la capital, Puerto Príncipe, siendo la mayor parte de las víctimas ciudadanos haitianos.
El aumento de los secuestros se produce en un contexto de violencia callejera en Puerto Príncipe y sus alrededores relacionada con las pandillas, que ha obligado a más de 15.000 mujeres y niños a huir de sus hogares.
De este incremento de los secuestros de niños y mujeres, «lo más preocupante es que ya no hay límites» para los delincuentes, señaló a Efe el jefe de comunicación de Unicef para América Latina, Laurent Duvillier.
En un contexto de tremenda pobreza, «grandes partes de Puerto Príncipe están en manos de las bandas. Hoy en día, un niño es un producto que se vende y se compra» y, al igual que ocurre con las mujeres, «son más fáciles de secuestrar», afirmó.
Además, «los padres viven con ansiedad todo el tiempo» ante la posibilidad de que los niños puedan ser víctimas de secuestro, algo que puede ocurrir en cualquier sitio, en casa, en la calle, de camino a la escuela, incluso en la iglesia, «ya no hay lugar sagrado donde estar protegido», dijo Duvillier.
Haití sigue recuperándose de un devastador terremoto que azotó la parte suroeste del país en agosto, dejando 130.000 casas, más de 1.000 escuelas y unas 90 instituciones de salud dañadas o destruidas.
Unicef señaló las dificultades para hacer llegar la ayuda humanitaria a las zonas más afectadas por el sismo, dada la presencia constante de miembros de pandillas en la carretera nacional que va al suroeste, donde se perpetra un secuestro tras otro de forma indiscriminada.
Esto obliga a las organizaciones humanitarias a «utilizar rutas alternativas para llevar los suministros de emergencia a las comunidades más afectadas, lo que aumenta los costos de transporte y el tiempo de entrega», apunta la nota.
Además, la expulsión desde Estados Unidos y otros países de más de 7.600 migrantes haitianos, más de la mitad mujeres y niños, podría exponer estos grupos más vulnerables a la violencia de las pandillas.
El último secuestro que ha trascendido es el de 16 misioneros estadounidenses y otro canadiense, que fueron raptados el pasado sábado cuando regresaban de un orfanato a las afueras de la capital, suceso que habría llevado al jefe de la Policía Nacional, Léon Charles, a presentar su dimisión del cargo este jueves.
Aunque no se han ofrecido informaciones oficiales sobre el caso, fuentes del Ejecutivo han confirmado a medios que la banda 400 Mawozo los retiene, y pide un rescate de 17 millones de dólares por el grupo. EFE
mmv/lll/laa