Por: Pedro Tenorio
La artista afrocolombiana Asami Asha Ortiz presentó en Ecuador su obra “Entramados de dolor, poéticas del duelo”, la cual, como ella dice, “es una Instala-acción” que pretende restaurar memorias de dolor causadas en el marco del Conflicto Armado en Colombia, que lleva más de 50 años consecutivos. Para ello se ha enfocado en algunos testimonios y relatos tanto de las víctimas como de los responsables de la guerra.
La performance fue puesta en escena en Cuenca, Quito y Otavalo y forma parte de “Reconstrucciones migrantes”, un proyecto que trata temas políticos y sociales.
En la obra la artista se ubica en el centro de una red que dibuja 50 líneas rojas en el espacio. Cada una se conecta con un texto mientras los participantes pueden escuchar, leer y observar la pieza desde diferentes perspectivas. La performance está acompañada de un paisaje sonoro que reúne los sonidos de la guerra.
Según Ortiz, una “Instala-acción” es “una instalación que además de ser un dispositivo instalativo es un dispositivo que también genera acciones” no solo de quienes participan, sino también de la performer. Por eso el juego de la palabra Instala-acción, dado que se trata de una obra de alguna manera interactiva.
La artista independiente menciona que escogió una narrativa testimonial con un dispositivo de entramado con el propósito de generar relaciones de interdependencia entre los participantes y los relatos desgarradores de quienes sufrieron las consecuencias del Conflicto Armado en Colombia.
La idea es alertar a la sociedad y ponerla en “estado de emergencia”, puesto que es una guerra que no ha terminado y que está lejos de terminar.
Todos los testimonios fueron recogidos durante investigaciones sobre derechos humanos y de colaboraciones de otros artistas que también han abundado en el tema.
Los relatos forman parte de diferentes momentos del conflicto a través de la historia y se han ordenado cronológicamente.
Sobre generar relaciones de interdependencia, Asha dice que este concepto es parte de una idea política y estética relacionada con la interdependencia humana. “Esta idea lo que quiere decir o lo que expresa es cómo a través de los sucesos traumáticos de dolor y las experiencias de desgarramiento cultural, una sociedad termina siendo de alguna manera interdependiente por esos duelos no realizados”.
Asami está de gira por Ecuador y ya ha montado su obra en la Campana de la Paz y en el Parque La Carolina, en Quito, en el mercado central de Otavalo y en Las Escalinatas de Cuenca.
La artista afirma que la reacción del público ecuatoriano fue muy positiva y se va contenta con el trato recibido. Próximamente la performance se instalará en Córdoba, Argentina, y en Cartagena y Cali, en Colombia.
Asami Asha Ortiz vive en Córdoba, Argentina, y se define a sí misma como inmigrante, afrocolombiana, afrofeminista y pro-ciborgs. Estudió un Profesorado en Teatro y una Licenciatura en Arte Dramático en la Universidad Nacional de Río Negro (Patagonia-Argentina). Actualmente está por terminar su Posgrado en Estudios de Performance en la Universidad Nacional de Córdoba.
Asami se dedica al arte desde hace 10 años y hace 3 a la performance. Le interesan las “configuraciones migrantes” partiendo de sus propias biografías. Además aborda la emergencia social que viven las comunidades afrodescendientes en América Latina especialmente de la diáspora migrante, y con temáticas relacionadas al Conflicto Armado colombiano y la reparación a las víctimas de la Guerra.
Sus producciones se llevan a cabo a partir de lenguajes mixtos desde el video, la instala-acción, la fotografía y la música. En sus tiempos libres escribe poesía ciborg erótica.
