Existe un clamor general que recorre el país: algo hay que hacer para mejorar la calidad de los legisladores. No se trata solamente de los escándalos repetidos, como la venta de cargos o el cobro de diezmos. No es solamente la incapacidad total de muchos para crear o debatir leyes. No es solamente que algunos estén allí únicamente para negociar cargos y que escriban “hacecto” al cobrar coimas.
No es que todo tiempo pasado fue mejor, pero cada vez es más bajo el nivel de los “padres de la patria “. Y la verdad es que las “madres de la patria “tampoco han venido a mejorar esa calidad, sino en muchos casos a deteriorarla, como la que recomienda que roben, pero que roben bien.
No hay un camino único para lograr que mejore esa calidad, pero el primero es exigir a los partidos políticos que escojan con responsabilidad a quienes van a ser candidatos. Verdad es que el futuro candidato debe atraer votos. Pero no es, no, puede ser la única condición, pues cuando ganan, ante la incapacidad de legislar o fiscalizar se divierten haciendo travesuras o durmiendo en cómodas curules.
Es fundamental exigir requisitos mínimos, no solamente el de edad como ahora. Hay que pensar en nivel de estudios, experiencias de vida, servicios prestados a la comunidad o al país. Hay que pensar que esos legisladores van a ser los que crean y aprueban las leyes que norman la vida del país. No cualquier adefesio debería ser legislador, como hoy ocurre en muchos casos. Es un absurdo que se pida requisitos mínimos hasta para el puesto más sencillo y para legislador solamente ser mayor de edad.
Y, hay que trabajar para que los ciudadanos voten responsablemente y no boten el voto. De nosotros depende elegir buenos legisladores y no como ha ocurrido en los últimos años en donde los buenos legisladores pueden contarse con los dedos de una mano, pues los de las dos, sobran. (O)
