El presidente de EEUU, Joe Biden, que se verá con su homólogo francés, Emmanuel Macron, por primera vez desde la llamada «crisis de los submarinos», y el clima, el argumento estrella en vista de la inminencia de la COP26 de Glasgow, protagonizarán la cumbre de líderes del G20 el 30 y 31 de octubre en una Roma blindada por las fuerzas de seguridad.
La reunión que cerrará la presidencia italiana del grupo estará marcada además por las importantes ausencias de los mandatarios ruso, Vladimir Putin, y chino, Xi Jinping, además de convertirse en uno de los últimos homenajes internacionales a la canciller alemana, Angela Merkel, tras 16 años en el poder.
La pandemia y el reparto de vacunas en los países menos desarrollados, una recuperación económica sostenible ante los graves efectos de la covid-19 y, sobre todo, la lucha contra el cambio climático y la búsqueda de un compromiso para reducir las emisiones se perfilan como los temas centrales de una cumbre sobre la que, a apenas dos días de su inicio, reina un cierto secretismo.
LOS PRESENTES
El encuentro para sellar la paz entre Biden y Macron, que llegó a llamar a consultas a su embajador en Washington por la crisis que estalló en septiembre por la venta de submarinos nucleares estadounidenses a Australia, lo que rompió un multimillonario contrato para Francia, será uno de los momentos del fin de semana.
El pistoletazo de salida lo dará mañana la reunión entre Biden y el primer ministro italiano, Mario Draghi, que ha tirado de todo su prestigio como exdirector del Banco Central Europeo para conseguir que la presidencia del primer G20 pospandémico fuera un éxito, algo que se podrá analizar tras la cumbre.
El presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, y el jefe del Estado argentino, Alberto Fernández, también estarán en la capital italiana y tienen previsto reunirse el sábado en uno de los muchos encuentros bilaterales programados en esta cumbre, que quiere servir de reencuentro entre los líderes tras casi dos años de aislamiento online.
También han confirmado su presencia los mandatarios de Australia, Canadá, Reino Unido, India, Indonesia, Corea del Sur, Sudáfrica, Arabia Saudí, Turquía y la Unión Europea.
LOS AUSENTES
Putin y Xi, que no asistirán por dificultades derivadas del coronavirus, serán los grandes ausentes, pues Moscú y Pekín lideran posiciones clave del G20, aunque seguirán la cumbre por videoconferencia.
Tampoco estará el primer ministro de Japón, Fumio Kishida, pues se celebran elecciones generales en su país, ni el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, que no realiza viajes internacionales y que ha delegado en el canciller, Marcelo Ebrard.
La presencia del presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, sigue siendo una incógnita, pues aunque anunció que «tiene previsto» acudir a la cumbre, su situación es complicada, tras ser acusado de crímenes contra la Humanidad por su gestión de la pandemia.
¿ACUERDOS?
Lograr un compromiso compartido para que las emisiones cero sean una realidad no más allá de 2050 o 2060 es el gran reto de Italia en el G20, que también copreside la COP26 de Glasgow, y que espera que la cumbre marque un punto de inflexión que relance la cumbre climática en Escocia.
Draghi logró organizar hace unas semanas una reunión extraordinaria sobre Afganistán para poder centrarse en Roma en el clima, aunque también se hablará de planes de recuperación que permitan aprovechar la crisis como una oportunidad de afrontar los desafíos globales de la salud y ayudar a los países con menos recursos.
La reunión lanzará además todos los acuerdos obtenidos en los diferentes G20 celebrados este año, en particular el de Sanidad, en el que se pactó favorecer el acceso mundial a las vacunas, y Finanzas, que avanzó en un acuerdo de reforma fiscal global, incluido un tipo mínimo de impuesto de sociedades.
La reunión mañana de un G20 mixto de Sanidad y Finanzas se encamina a cerrar los flecos que quedan y definir los términos para que puedan ser incluidos en la declaración final de la cumbre.
ROMA BLINDADA
La capital italiana permanecerá blindada desde mañana, con miles de policías desplegados, perros rastreadores y artificieros en el Eur, el barrio periférico que mandó construir el exdictador Benito Mussolini y que acoge la cumbre.
Toda la zona permanecerá cortada al tráfico, como el centro, y la Prefectura de Roma ha dispuesto el cierre de todos los colegios de la capital desde mañana y hasta el domingo.
En una ciudad en la que hace pocas semanas manifestantes antivacunas y neofascistas asaltaron la sede del principal sindicato italiano e intentaron llegar a la sede del Gobierno, la seguridad es objeto de máxima atención, con el despliegue de drones para la vigilancia del espacio aéreo y 500 militares más de los inicialmente previstos. EFE