Parecería que lo hacen a propósito. O que, francamente, vivimos en un país que conspira contra sí mismo, que no progresa porque no quiere y que poco a poco se va hundiendo es su propia vocación autodestructiva. Ahora mismo, cuando las fiestas por la independencia de Cuenca activan un feriado largamente esperado por el sector hotelero, turístico y cultural; el primer feriado desde antes de la pandemia en el que podemos viajar con confianza; en el que la recuperada capacidad de atención del sistema de salud permite aforos casi completos en los diversos establecimientos; es justamente el momento en el que tanto el gobierno como la oposición deciden sumir al país en el caos.
Y desde luego, no se quita razón a la protesta popular. Las erráticas medidas del ejecutivo en cuanto al alza del precio de los combustibles y su inmediata congelación (con la posibilidad de volver a liberarlos en el futuro); los ambiguos anuncios de una “participación privada” en el sector eléctrico; la insistencia en la Ley de Creación de Oportunidades, ahora fraccionada en tres cuerpos legales; y el decreto de muerte cruzada “listo para firmar”, han venido calentando las calles hace semanas, en el marco además de un gobierno que ha perdido ya más de la mitad de su capital político. Pero, el que esto ocurra justamente a las puertas de un feriado crítico para la reactivación económica post pandemia, parece francamente una broma de mal gusto.
Y si bien es cierto es que varias organizaciones populares, representantes del indigenismo y el proletariado, están analizando una suspensión de las protestas, esto no quita que el clima de inestabilidad social le hace un flaco favor al turismo. Y habrá que sumar, absurdo aún mayor, que no contentos con la crisis nacional, el propio sector del transporte urbano de Cuenca, decide iniciar sin mayores explicaciones, su propio conflicto con el gobierno local. Y si el distinguido lector siente un tono de enojo en mis palabras, es porque resulta indignante ser testigo del auto sabotaje a las pocas oportunidades de reactivación económica que tenemos a la mano. Paradojas de nuestro pueblo. Paradojas incomprensibles… (O)