La crisis en la frontera polaco-bielorrusa cumplió hoy una semana sin visos de una pronta solución, con cientos de migrantes concentrándose en el puesto fronterizo de Bruzgui-Kuznitsa para tratar de entrar en la Unión Europea (UE) y con el líder de Bielorrusia, Alexandr Lukashenko, echando balones fuera.
«Esperando una resolución positiva de la situación, los refugiados empacaron ropa de abrigo, tiendas de campaña y sacos de dormir, y se organizaron (…) para dirigirse en una gran columna con dirección al punto de control de Bruzgui», señaló el Comité Estatal de Fronteras de Bielorrusia.
APOSTADOS EN EL PUESTO FRONTERIZO
En las imágenes facilitadas por el Gobierno bielorruso se veía a los inmigrantes entrar masivamente en el puesto de Bruzgui, sin que las fuerzas de seguridad bielorrusas impidieran su paso. Enfrente se topaban con los efectivos polacos desplegados en su lado de la frontera, además de furgones policiales y un vehículo antidisturbios.
Polonia, que cifra en unos 3.500 los inmigrantes concentrados en el puesto de control, alertó de un intento de «forzar» un cruce masivo.
Los inmigrantes estaban de pie o sentados, pero conforme avanzaban las horas y ante la evidencia de que nada se movía en el lado polaco que indicara una apertura de las fronteras, comenzaron a levantar sus tiendas de campaña y a encender hogueras.
El presidente de Bielorrusia, Alexandr Lukashenko, acusado por la Unión Europea (UE) de «instrumentalizar» a los migrantes en la frontera europea en lo que considera una «guerra híbrida» contra los Veintisiete, aseguró, mientras, que no quiere «ningún conflicto» fronterizo, y acusó a Varsovia de estar interesada en la crisis.
«Quiero volver a subrayar: nosotros no queremos ningún conflicto en nuestra frontera estatal. Esto para nosotros es completamente perjudicial», dijo durante una reunión con el grupo de trabajo que elabora la reforma de la Constitución.
A juicio de Lukashenko, Polonia tiene «problemas internos, problemas más que suficientes con la UE» y por eso «monta esa multitud» de migrantes, a los que no deja pasar.
Sostuvo que Bielorrusia está lista para devolver a sus países de origen a los migrantes, pero «ninguno quiere regresar».
Según el Comité Estatal de Fronteras bielorruso, actualmente hay 2.100 migrantes en la frontera con Polonia.
El considerado último dictador de Europa se mostró dispuesto a llevar a los migrantes a través de un corredor humanitario por Polonia a Alemania, a donde según él quieren llegar, pero Berlín dejó hoy claro que no habrá tal salida fácil para Lukashenko.
«Lo que debería ocurrir es que los migrantes, con apoyo de sus respectivas autoridades nacionales, sean llevados de forma segura de vuelta a sus países de origen,» afirmó el portavoz Steffen Seibert.
CORTAR LA RUTA BIELORRUSA
Por ahora, la estrategia de los Veintisiete pasa por cortar la ruta bielorrusa a través de negociaciones con países de Oriente Medio y del Golfo Pérsico y por imponer una quinta ronda de sanciones.
La aerolínea estatal bielorrusa, Belavia, anunció hoy que no admitiría a ciudadanos iraquíes, sirios, yemeníes y afganos en vuelos desde Dubái, algo que ya hizo con la ruta Turquía-Bielorrusia el pasado viernes.
Eso sí, en las dos ocasiones no lo hizo por voluntad propia, sino porque las autoridades de esos países así la obligaron.
«La aerolínea Belavia enfatiza que durante muchos años no ha realizado vuelos regulares o chárter a Afganistán, Irak, Yemen, Siria y nunca ha facilitado el transporte de inmigrantes ilegales a la República de Bielorrusia», afirmó.
El Gobierno de Irak organizará a su vez el jueves el primer vuelo de repatriación «voluntario» de los migrantes iraquíes que se encuentran varados en la frontera polaco-bielorrusa.
Los migrantes llegan o llegaban a Minsk y desde allí a la frontera polaca desde Turquía, Catar o Emiratos Árabes Unidos (EAU).
El alto representante de la UE para la Política Exterior, Josep Borrell, consideró hoy que los vuelos que llevaban hacia Minsk a los migrantes están «casi» detenidos por completo.
El jefe de la diplomacia comunitaria trasladó el domingo al ministro de Exteriores bielorruso, Vladímir Makéi, que la situación en la frontera es «completamente inaceptable».
Makéi se mostró dispuesto a un diálogo en pie de igualdad y de respeto mutuo con la UE, pero volvió a insistir en la «inutilidad y lo contraproducente» de las sanciones comunitarias contra el régimen de Lukashenko.
MINSK RESPONDERÁ CON DUREZA A SANCIONES
Este lunes los ministros de Exteriores de la UE aprobaron justo un nuevo marco legal para un quinto paquete de sanciones, con el cual podrá sancionar «a individuos y entidades que organizan o contribuyen a actividades del régimen de Lukashenko que facilitan el cruce ilegal de las fronteras exteriores de la UE».
El líder bielorruso señaló este lunes que reaccionará con dureza a las sanciones y volvió a negar que las autoridades organicen el flujo migratorio.
«Nunca lo hemos hecho y no pretendemos hacerlo», aseguró. EFE