Inquietados en el fútbol. En ver qué mensajes o boberas nos envían o las
reacciones a los nuestros por Facebook y otras redes sociales. En
ciertas triquiñuelas que copan la agenda de ciertos asambleístas. En el
juego de ajedrez que a oscuras practican los que tienen en vilo al país,
inventándose, por ejemplo, una “conmoción social”, la nueva guadaña
del golpismo.
Ahora, en ver qué pasa en las cárceles, convertidas en centros de
carnicería humana. Esta, cuando menos una preocupación que vale la pena
sentirla, condenarla. Y preguntarnos, ¿Qué está pasando en el Ecuador ¿A
qué extremos hemos llegado?
Y, sí, en esa especie de teatro de la cotidianidad, muchos son los
actores que, cuando menos, se muestran, así hieran nuestros sentidos,
comenzando por tener que taparnos los ojos.
Pero tras el telón hay otros actores que casi en silencio y, a lo mejor,
con nuestra complicidad, urden concursos cuyos ganadores, cuando salgan
al escenario nos podrían causar escozor, perplejidad, al ver que en el
país todo cambia para que nada cambie. Al fin y al cabo, el gatopardismo
ha sido parte del devenir de la patria. Veamos.
El Consejo de Participación Ciudadana y Control Social, el bodrio creado
para todo controlar e imponer, dizque organiza concursos para elegir a
los nuevos Contralor, Defensor del Pueblo; llenar vacantes que, tras
sorteo, dejan miembros del Consejo Nacional Electoral y de la Corte
Constitucional.
Si hiciéramos a un lado el telón, se viera cómo ahí los miembros de ese
bodrio cambian reglamentos, hacen enmiendas, eliminan metodologías, o se
las inventan para, según ellos, elegir a los mejores.
Se toman sus tiempos, encargan funciones a sus amigos; y ahora, mediante
enmienda quieren prorrogar en sus funciones a dos vocales electorales
sorteados, hasta elegir a sus reemplazos. La prórroga en el CNE ¿lo
admite la Constitución?
El contralor vigila el buen uso de los recursos públicos. Y ya sabemos
la triste historia; ni se diga la del Defensor del Pueblo. El CNE debe
garantizar elecciones transparentes. También sabemos lo que allí sucede.
¿A quiénes interesa un Contralor “amigo”, un CNE manejable, un Defensor
coideario, una CC moldeable?
¿La respuesta? Miren, tras el telón, a qué movimientos e intereses
responde la mayoría del CPC. (O)