Como si fuera la primera vez que ingresan a la secundaria: así se sintieron los estudiantes de bachillerato técnico que regresaron a las aulas ayer luego de un año y ocho meses de clases virtuales obligadas por la emergencia sanitaria.
Con la vacunación avanzada entre los adolescentes, el Ministerio de Educación dispuso que las instituciones educativas se reactiven para regresar a la presencialidad que se había perdido con la llegada de la pandemia al Ecuador.
Por lo pronto, los primeros en regresar fueron los bachilleres. En el caso del Azuay 19.558 adolescentes y jóvenes volvieron a ocupar sus bancas. Entre ellos estuvieron los alumnos del colegio Daniel Córdova Toral, establecimiento que fue escogido para abrir paso a las actividades que se hacían hasta antes de marzo de 2020.
A la institución cuencana llegaron 960 estudiantes, quienes se reunieron y se volvieron a reencontrar en los patios y en las aulas. Entonces empezaron, una vez más, a formarse los grupos, a congregarse en ciertos espacios, y, por supuesto, a ponerse al día en las conversaciones que se dieron por la emergencia sanitaria.
“Volver acá es para distraerse, para encontrarse con tus amigos. Acá puedes conversar y tener la confianza, contarnos nuestras cosas. En la casa tienes que hacer otras cosas, y creo que ya estábamos cansados de estar frente a una computadora”, dijo Anthony Maldonado, estudiante de electromecánica automotriz.
Para otros, más allá del reencuentro, también era necesario regresar por la metodología del estudio. No es lo mismo estudiar una carrera técnica que una teórica, por lo menos eso piensa Josué Orellana, que regresó al colegio para cursar el último año del bachillerato.
“No vamos a aprender con videos. A pesar de que tuvimos un día a la semana de prácticas, no es lo mismo. La práctica tiene que ser a diario, y ahora con el regreso esperamos aprender lo que no pudimos por la virtualidad”, dijo Josué.
Nivelación
Una vez que los estudiantes han empezado a regresar a las aulas se viene, quizá, uno de los retos más complicados que tomará tiempo resolverlo: la nivelación de conocimientos. Hay estudiantes que pudieron aprender a través de una pantalla, y hay otros que no tuvieron la misma posibilidad.
“Yo creo este reto es para los maestros, para los estudiantes y para sus familias. El proceso no va a ser inmediato, va a ser paso a paso, de acuerdo a los tiempos que nos den, y con eso vamos a ir mejorando. Ojalá podamos alcanzar los conocimientos que los chicos requieren para continuar en los siguientes niveles”, dijo Carmen Macancela, docente de biología.
Sobre ese mismo tema, el coordinador de la zona 6 del Ministerio de Educación, Miguel Pesántez, dijo que se hará una evaluación a los estudiantes para conocer su estado pedagógico.
Sin embargo, en días anteriores, la ministra de Educación, María Brown, informó que la compresión lectora es una de las principales falencias que tienen los estudiantes.
Infraestructura
Otros dos temas también han surgido en este regreso a clases: la infraestructura y la falta de docentes en Azuay, Cañar y Morona Santiago.
En el caso del estado de las instituciones educativas, Miguel Pesántez dijo que, si la infraestructura no cuenta con “el servicio de agua potable y baterías sanitarias al 100%”, los alumnos no podrán regresar hasta que se haga un mantenimiento.
Por el momento, de los 700 establecimientos educativos que hay en Azuay, solo 351 tienen aprobados sus Planes Institucionales de Continuidad Educativa (PICE), es decir, únicamente ese número podrá retornar a las clases presenciales.
Mientras que, en relación a la falta de docentes, Pesantez dijo que en la zona 6 se necesitan 362 maestros para completar todas las vacantes que existen, y que ya se está cubriendo lo más pronto posible en medio de un proceso de reactivación del aprendizaje presencial. (I)