Aunque ya se ha señalado en muchas publicaciones la serie de barbaridades que se hizo en el gobierno de Correa para propiciar el narcotráfico y las actividades delictivas en el país, no puedo dejar de hacer unos cuantos señalamientos que son indispensables a raíz de los acontecimientos en el sistema carcelario del país que también se encuentra en un estado más que deplorable después de 14 años de desventura nacional.
En marzo de 2008 ocurrió el “ataque de Angostura” en que murió Raúl Reyes, importante jefe de las FARC, y en su computador el gobierno colombiano encontró el dato de que esa organización narco-terrorista había entregado dinero como contribución para la primera campaña presidencial de Correa.
Por eso se pudo ver una serie de acciones de ese gobierno muy favorables para el narcotráfico y esa narco-guerrilla. Se retiró la “base de Manta” desde la cual se hacía un eficiente control para evitar la actividad del narcotráfico. Los radares que tenían igual finalidad fueron reemplazados por unos de origen chino, pésimos, algunos ni siquiera salieron de las bodegas. Se retiró el requisito de que para ingresar al país los extranjeros debían tener visa y el régimen de “fronteras abiertas” facilitó la entrada de todo el mundo, narcotraficantes y guerrilleros incluidos. De esa forma se propició que todo el territorio nacional y las cárceles, por supuesto, pasaran a ser manejadas por el narcotráfico.
Se aprobó una tabla de consumo de drogas en el país con lo cual se incrementó el negocio de aquellas porque un gran número de ecuatorianos, y lo más doloroso nuestros jóvenes, se han vuelto adictos.
Correa se empeñó en hacer carreteras de primera calidad en la frontera norte con lo cual facilitó el narcotráfico y debilitó los sistemas de control para esa actividad. Prohibió el ingreso de la Policía y de las Fuerzas Armadas en las cáceles y debilitó la acción de control de los guías penitenciarios y con todo eso el narcoterrorismo fue adueñándose de las cárceles. Nada se hizo para evitar que los jefes de las bandas delictivas se “adueñaran” de las penitenciarías y se estableciera la estructura delictiva actual. Son las consecuencias del correato. (O)