La miel de abeja, agua y endulzantes naturales son los ingredientes de la “hidromiel”. Un grupo de agroproductores de la parroquia rural de Sayausí (occidente del cantón Cuenca), apuestan a esta bebida ancestral como una alternativa para levantar su economía tras la pandemia de la COVID-19.
En la comunidad Bellavista, ubicada a unos diez minutos aproximadamente de la cabecera parroquial de Sayausí, surge la Asociación de Productores Agroecológicos “Los Chacareros”, integrada por una decena de comuneros, sobre todo, mujeres. El nombre de la asociación deriva del vocablo quechua “Chakra” que significa huerto, granja, entre otras palabras relacionadas al campo.
Los integrantes de esta asociación, así como de otras organizaciones de agroproductores de la provincia del Azuay, sintieron las secuelas de una crisis sanitaria que redujo considerablemente la venta de sus productos. De ahí, la necesidad de dar un valor agregado a los productos del campo.
Iniciativa
En la vivienda de Gilberto Guerrero, de 78 años de edad, se guarda celosamente en un balde amarillo la mezcla de los ingredientes citados en un inicio para que se fermenten. Los “Chacareros” tendrán que esperar unos 40 días para tener la “hidromiel”.
Ellos se reunieron el pasado 16 de noviembre para realizar la mezcla con la asistencia de los técnicos del Ministerio de Agricultura y Ganadería (MAG). Se utilizaron alrededor de 12 libras de miel de abeja y más de 15 litros de agua con el propósito de obtener tras el tiempo de espera unos 17 o quizás 20 litros de la bebida.
El proceso no es nada sencillo, pues se debe tener mucho cuidado en la etapa de fermentación porque el balde debe pasar en un área oscura y fresca. Así lo comentó Víctor Buestán, de
65 años, otro de los miembros de la asociación, quien manifestó que en noviembre de 2020 -después de ocho meses sin reunirse para evitar los contagios de la COVID-19- se congregaron para reactivar las labores de la asociación.
El encuentro y otros posteriores sirvieron para acordar la necesidad de trabajar en dar un valor agregado a los productos. Los integrantes de la asociación lo hicieron primero con la elaboración de vinos artesanales de mora, uva y fresa para luego pensar en la “hidromiel” aprovechando de que algunos poseen colmenas.
Teresa Inga, de 67 años, también es miembro de la asociación y espera tener buenos resultados con esta iniciativa para que el resto de integrantes realicen el proceso. “Si no es con la implementación de las colmenas, por los menos en colaborar con la comercialización de la bebida”, expresó.
La asociación abrirá el balde que contiene la “hidromiel” para Navidad e inmediatamente la pondrán en conocimiento del MAG para verificar la calidad que les permita iniciar con las acciones necesarias para su comercialización en ferias de la ciudad. (BPR)-(I)