Después de las 07:00 y bajo una temperatura promedio de 10 °C, el 27 de noviembre decenas de ciclistas cuencanos compartieron con Jhonatan Narváez un recorrido de 90 km que comprendía la I Vuelta Tecnocyclo Cuenca.
“Fue muy bonito rodar en una ciudad tan bonita, ordenada, limpia y respetuosa con los ciclistas. Encantado de la cultura cuencana. Espero volver pronto”, dijo Narvaéz.
Entre novatos y experimentados, hicieron realidad una iniciativa con la que Pinarello quería fomentar una movilidad más amigable con el medio ambiente. Recorrieron avenidas céntricas y sectores más alejados como El Valle, El Verde, Tarqui y Cumbe.
James Clare, oriundo de Inglaterra y radicado en Cuenca desde hace tres décadas, demostró a sus 70 años que la edad no es un impedimento para cumplir metas. La seleccionada nacional Mikela Molina ponderó la iniciativa a la que también se dieron cita los triatletas Josseline Yuqui y Matías Bravo, campeón y subcampeón en el último Campeonato Sudamericano Júnior de Chile.
Recuerdos
Narváez, último campeón de la Settimana Coppi e Bartali y ganador de una etapa del Giro de Italia 2020, dijo tener recuerdos gratos de la capital azuaya sobre todo en su época de juvenil. “Cuenca fue para mí el camino a mis primeros Juegos Olímpicos de la Juventud Nakín 2014”.
El integrante del equipo ciclista británico INEOS Grenadiers decidió aprovechar sus vacaciones recorriendo distintas partes del país. “Antes veníamos, competíamos y ni siquiera nos dábamos cuenta de las personas, de la cultura, de lo que se podía conocer del Ecuador. Ahora, con seis años más de madurez, vengo y me doy cuenta como son las calles acá (Cuenca), como son las personas…”.
“Me doy cuenta que si queremos ser mejores es porque queremos… En algunas ciudades el orden, el respeto no nos identifican y por uno pagamos todos. En todos estos años que he vivido en Europa me di cuenta que al ecuatoriano le falta algunas cosas, tenemos mucha viveza criolla, que en Europa no existe, entonces esa es la curiosidad que me causa conocer todo el Ecuador”.
Preparación sigilosa
El ciclista de 24 años asegura disfrutar cada segundo que pasa en el país, realizando actividades que no las puede hacer en el resto del año. “En mayo, previo al Giro de Italia, hay que llevar una preparación súper sigilosa. Algunos de mis amigos conocidos van o dicen salgamos o comamos esto, el otro, y no se puede”.
En los próximos días viajará a Mallorca para el campo de entrenamiento y pruebas médicas que llevará a cabo su equipo del cuatro al 18 de diciembre. “Creo que (el próximo año) me voy a enfocar en las clásicas de la primavera y luego, depende del enfoque que tenga conmigo el equipo, elegiría estar en el Tour de Francia o en la Vuelta a España”.
Narváez, en calidad de gregario, fue parte importante en la medalla de oro que conquistó Richard Carapaz en los últimos Juegos Olímpicos de Tokio. “Es bonito ser compañero de otro ecuatoriano en un equipo del nivel en el que estamos”.
Sueño pendiente
El deportista oriundo de Sucumbíos le tiene un profundo respeto y agradecimiento al caballito de acero. “La bicicleta me ha enseñado muchas cosas, a ser más humilde, a compartir más con las personas”. Su sueño es correr un Tour de Francia “y dejar en el ciclismo un legado donde después de 10 años se diga que no solo he sido un ciclista sino una buena persona”.
Ser un referente del ciclismo ecuatoriano le causa mucha emoción. “En algún momento como niño también tuve la ilusión de tener alguien así como Jhonatan Narváez, Richard Carapaz. Ahora me mantengo haciendo las cosas bien para que todos los que me ven se motiven, hagan las cosas bien y sigan practicando la bicicleta”.
Confiesa que entre uno de sus referentes de la época fue «Héctor Chiles y algún otro nombre que no recuerdo, pero la visión no era tan alta, era correr y ganar una Vuelta al Ecuador. Ahora tenemos la visión de ganar a nivel mundial”. (BST)-(D)