Las oscuras fuerzas e intereses que actúan en la Asamblea Nacional minan la ya débil confianza en la institucionalidad ecuatoriana. La actuación de los asambleístas no está ni al más mínimo nivel requerido por un pueblo sumido en condiciones económicas difíciles y que ahora se complican, tras la aprobación de las reformas a la Ley Tributaria que afecta a la clase media del país (60%); decisión convertida, además, en prueba clave del Gobierno para demostrar a los organismos financieros internacionales que tiene la capacidad de tener consenso político e incluso mantener los niveles de conflictividad social bajo control. En la política ecuatoriana se ve “tostar granizo” decía Andrés F. Córdova al hablar de los nefastos pactos que siguen esclavizando la democracia ecuatoriana, mientras a vista y paciencia de los honorables nos venden sin vergüenza alguna –al más puro estilo del clásico neoliberalismo que ofende a la inteligencia humana– a inversionistas extranjeros y nacionales ávidos de minerales, petróleo, carreteras, hidroeléctricas, bancos, etc. –remix de piratería– porque hoy Ecuadorestá Open for business luego de que la declaratoria “Ecuador ama la vida” abriera las puertas –ahora con alfombra roja– a las mineras y nos situaran en “una nueva era, la era minera”. (O)
CMV
Licenciada en Ciencias de la Información y Comunicación Social y Diplomado en Medio Impresos Experiencia como periodista y editora de suplementos. Es editora digital.
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