El papa alertó hoy de que muchos jóvenes «son de redes sociales pero poco sociales» y viven «prisioneros de sus teléfonos móviles», y se dirigió a ellos para animarles a salir a buscar a los demás y no encerrarse, en un encuentro en la escuela internacional de San Dionisio de las monjas Ursulinas en Atenas, en el último acto de su visita a Grecia.
«Corremos el peligro de olvidarnos de lo que somos, obsesionados por miles de apariencias, por mensajes machacones que hacen depender la vida de la ropa que usamos, del automóvil que conducimos, del modo en que nos miran los demás», advirtió Francisco en el gimnasio del centro educativo, ante jóvenes, profesores y religiosas sentados a distancia por las medidas anticovid.
A ellos les aconsejó reconocer su valor «por lo que eres y no por lo que tienes», pues «no vales por la marca de la ropa o por el calzado que llevas, sino porque eres único, eres única», les dijo.
Y puso el ejemplo del mito de las sirenas que aparecen en la Odisea, que Ulises encuentra en su viaje y que atraen a los navegantes con su canto para hacerlos estrellarse contra los arrecifes.
Las sirenas de hoy en día «quieren hipnotizarlos con mensajes seductores e insistentes» y «apuntan a beneficios fáciles, a las falsas necesidades del consumismo, al culto del bienestar físico, a la diversión a toda costa».
«¿Quieres hacer algo nuevo en la vida? ¿Quieres rejuvenecer?», preguntó Francisco y él mismo respondió: «No te contentes con publicar algún post o algún tuit. No te contentes con encuentros virtuales, busca los reales, sobre todo con quien te necesita; no busques la visibilidad, sino a los invisibles. Esto es original, esto es revolucionario».
Para Francisco, muchos jóvenes de hoy en día «son de redes sociales pero poco sociales, encerrados en sí mismos, prisioneros del teléfono que tienen entre sus manos», pero «en la pantalla falta el otro, faltan sus ojos, su respiración, sus manos».
«La pantalla se vuelve fácilmente un espejo, donde crees que estás frente al mundo, pero en realidad estás solo en un mundo virtual lleno de apariencias, de fotos trucadas para parecer siempre hermosos y en forma», señaló.
El papa les pidió «salir de las propias zonas de confort» porque, aunque «es más fácil estar sentados en el sofá frente a la televisión», eso es «algo de viejos» porque «de jóvenes es reaccionar, abrirse cuando uno se siente solo, buscar a los demás cuando viene la tentación de cerrarse».
A la juventud, el papa le dio un último consejo: «¡Sueñen en grande! ¡Y sueñen juntos! a pesar de que habrá siempre alguien que les dirá: Déjalo, no te arriesgues, es inútil”. A esas personas las definió como «los anuladores de sueños, los sicarios de la esperanza, los incurables nostálgicos del pasado».
Con este acto, el papa Francisco se despidió de Grecia, donde llegó el pasado sábado procedente de Chipre, en el que ha sido su viaje número 35 y que ha estado marcado principalmente por la denuncia de la indiferencia de los países europeos para afrontar el problema de la migración. EFE