Hoy es el 487 cumpleaños de la fundación española de la capital de Ecuador, lo que invita a recordar peculiaridades de esta ciudad con la brevedad de un artículo de periódico. Ubicada en la parte alta de las montañas andinas, su entorno físico contradice las planicies de otras ciudades, lo que ha obligado al talento arquitectónico y urbanístico a adaptarse a esta condición, dándole una peculiaridad extraña en el planeta. El ingenio humano ha demostrado su capacidad de adaptación a los retos naturales demostrando creatividad e ingenio, con énfasis en las artes visuales.
Como todo hecho histórico, la conquista española en esta parte del mundo ha generado controversias. Lo que es innegable es el legado artístico fundamentado en lo religioso católico. Con sabiduría, se han preservado en muy buenas condiciones iglesias y edificaciones con sus majestuosos entornos y sus meticulosos detalles internos. Con cercanía a los templos se desarrolló en la colonia una extraordinaria manifestación de pinturas y esculturas que configuraron la renombrada “escuela quiteña”, la más destacada de Hispanoamérica.
Con visiones y orientaciones diferentes, este talento se mantuvo en la época republicana con figuras reconocidas mundialmente. Quito es una ciudad a cuya belleza natural añade la nacida del talento humano que se expone no sólo a especialistas y cultores de estas disciplinas sino al gran público que no solamente es imantado por los tesoros coloniales sino sacudido por los intensos mensajes pictóricos de nuestro tiempo.
Quito es una ciudad que deleita con su visión natural y humana cuyo talento se plasmó con sorprendente intensidad en las artes visuales. Su visión ha dignificado el pasado. iluminado el futuro y enriquecido el espíritu. (O)