En el proceso de la cultura, la ciencia tiene el papel definitorio para establecer las respuestas ajustadas a la realidad de la naturaleza desde la óptica experimental y la filosofía a los interrogantes metafísicos sobre la vida. En tan alto nivel, la universidad tiene la palabra, porque reúne por concepto inherente a su existencia la multiplicidad del saber.
Así la Universidad Católica de Cuenca ha emprendido con éxito la investigación de los fenómenos de la vida con su causalidad, génesis y desarrollo. El Centro de Investigación, innovación y Trasferencia de Tecnología cumple su misión de evidente calidad.
En esta dimensión realizó el evento magistral en el cual el investigador Javier Valdivieso, invitado por la NASA, describió los avances y logros institucionales y su participación personal en el lanzamiento de la sonda Espacial Lucy, cuya misión es la de estudiar los asteroides troyanos y puntualizó la finalidad de la CEDIA, creada para incentivar a los investigadores en el estudio científico.
Se debe ponderar en su justo valor las dos patentes que la “Oficina Australiana de Propiedad Intelectual” ha concedido a la Universidad Católica de Cuenca y a sus inventores, señores Javier Cabrera, Esteban Torracche, Gabriela Castro, Pedro Martínez, Pablo Buestán, Andrés Ramírez, por “A reality monitoring measurement system and method using balls control test” (Un sistema y método de medición de monitoreo de la realidad que utiliza una prueba de control de bolas) y a Carlos Matovelle por “A method for evaluating river’s behavior at loads of organic matter using mathematical models” (Un método para evaluar el comportamiento del río con cargas de materia orgánica utilizando modelos matemáticos).
La experiencia educativa que se emprendió hace más de cincuenta años tiene un incuestionable avance que marca un logro definitorio de lo que debe ser la educación. Recordemos siempre que la investigación científica es consustancial a la universidad. (O)
