Ecuador es el país de las comisiones. Hasta se crean subcomisiones. Son las comisiones de las comisiones.
Se las crean para todo, aunque en el fondo no sirvan para nada o para que sirvan poco, para entorpecer el trabajo de otras, para enturbiar investigaciones, para tapar la corrupción, para “pasarse de agache” fingiendo trabajar; y hasta para “llegar hasta las últimas consecuencias” sin siquiera saber por dónde empezar.
Todos saben sabe dónde hay más comisiones. Unas tienen nombres rimbombantes, otros son medio etéreos; otras como que meten miedo, otras recogen la palabrería con la que se pretende ponerle sexo al idioma o dar derechos hasta al papel higiénico.
Y ya sabemos que en esas comisiones cuando les conviene perdonan a los diezmeros; trabajan – si es que eso es trabajar- solo para el regreso de quien, por medio de terceros, de todo cobraba comisiones; elaboran informes chuecos, unos de mayoría, otros de minoría, y al fin no votan por ninguno de ellos.
Hay comisionados de los comisionados para, por ejemplo, llenar vacantes de importantes autoridades. Es decir, unos barajan las cartas, otros las juegan, otros hacen la trampa, otros reciben las apuestas, pero son otros los que pretenden repartirse.
Sí, dónde no funcionan las tales comisiones. Lo peor es que muchas de ellas tienen un marco jurídico. ¿Sirven para algo? ¿Quién, por algún trámite, no ha pasado de comisión en comisión? Son una olla de presión donde se pone de todo, pero se olvidan de enchufarla al tomacorriente.
Y ahora, en la república de las comisiones, el gobierno creará una comisión nacional anticorrupción, ya no internacional y con el apoyo de la ONU y la OEA como ofreció, sino hasta con quienes deben ser fiscalizados. Gatos cuidando el queso; ratas fabricando trampas.
¿Podemos imaginarnos a esa comisión exigiendo se derogue el artículo de la nueva ley tributaria que permite el regreso de capitales sin que los afortunados de haberlos amasado digan de dónde los obtuvieron? ¿Es que quienes sacaron del país lo que robaron pueden traerlo así no más? ¿Quién mojigato comisionado redactó tal artículo?
Y ya lo verán. Han de crear subcomisiones de la gran comisión y con sedes en algunas provincias. Ya las tuvimos en los tiempos verdes, en los de la silla de ruedas, cuyos resultados fueron como quemar incienso en la Patagonia. (O)
