En la casa de Cesáreo Pulla, la elaboración de la chicha que cada año entrega en el Pase del Niño inició días atrás. La idea inicial era tener lista la bebida para la pasada, que se iba a desarrollar tras dos años por la pandemia. Pero las restricciones impuestas por el Comité de Operaciones de Emergencia (COE) Nacional cambiaron los planes.
La Arquidiócesis de Cuenca acató la disposición y, en vez de Pase del Niño, habrá una caravana motorizada. «Están todos invitados porque de esta forma no dejamos morir la tradición», expresó el arzobispo de Cuenca, Marcos Pérez Caicedo.
Por eso, la familia Pulla cumplió el ritual que cada año hace con la chicha. Después de fermentarla en grandes envases, invita a os devotos del Niño para la bendición, que está a cargo del arzobispo de Cuenca.
La bendición fue el sábado 18 de diciembre. Ese día, entregaron botellas de chicha y pan de pascua a los invitados.
El 24 de diciembre, la celebración al Niño Viajero iniciará con la misa en la Catedral a las 08:00. Luego, a las 09:00, empezará la caravana que recorrerá diferentes barrios de Cuenca.