«Y cómo es él», «Que canten los niños» o «Y tú te vas», famosas canciones de José Luis Perales que atesoran frases que forman parte del imaginario popular como ¿a qué dedica el tiempo libre?, una pregunta que el cantautor, ante su despedida de los escenarios contesta: «deseo estar con mis hijos, mis nietos, mi huerto».
A sus 76 años, José Luis Perales (Castejón, Cuenca -centro de España) ha decidido bajarse del escenario, «dejar de hacer esas giras larguísimas que al final acaban con uno», ha contado este lunes en una entrevista con EFE en el WiZink Center, donde el martes y miércoles ofrecerá sus dos últimos conciertos en Madrid, antes de completar su despedida en América Latina, ya en 2022.
Perales cuenta con una trayectoria de más de 50 años, en los que ha tenido momentos dulces y amargos. Entre los amables, se lleva el recuerdo de la gente a la que le ha cantado y que ha visto como le quiere, dice el cantante, quien asegura: «a veces me bajaría del escenario y abrazaría a cada uno de ellos».
También ha tenido días malos, «no he disfrutando tanto como otros artistas de un concierto, he padecido muchos hasta conseguir el aplauso», asegura el cantautor, quien dice que su timidez le abrumaba y ha «sufrido por tener que aparecer en un escenario».
Pero Perales no se jubila, solo se baja de los escenarios. «Esto será una vuelta al pasado», dice Perales, quien nunca quiso ser cantante; «quise ser compositor, aunque alguien se empeñó en que cantara y salio bien, gracias a eso he tenido grandes satisfacciones como cantante», asegura.
Ahora, añora su pueblo, su casa de campo en medio de la nada, en La Alcarria olvidada, donde escribió prácticamente todas sus canciones. «Recuerdo mi café, mi chimenea, los perros a mi lado, la lluvia, el otoño y la felicidad de las musas que se peleaban por decirme cosas».
Y esos momentos dulces y tranquilos son los que desea para seguir escribiendo canciones y novelas. «Sigo en la música y seguiré haciendo discos mientras la cabeza y el corazón funcionen», señala entre risas.
Tras sus conciertos en Madrid, esta semana, y en Bilbao, el 27 y 29 de diciembre, Perales pondrá rumbo a América Latina, en concreto a México, Perú, Argentina, Chile, Uruguay y Colombia, donde se despedirá de su público.
Con esos conciertos cierra sus giras, quiere disfrutar de sus hijos, «cuando eran pequeños pasaban largas temporadas sin verlos, ahora es verdad que son mayores, pero tengo nietos y no quiero que esos momentos juntos se me escapen».
También seguirá cultivando su huerto, cuidando su jardín, «quiero estar cerca de mi tierra, a solas con la naturaleza».
«Mi intención es recuperar todo ese tiempo que me perdí, ahora que estoy estupendamente», asegura con humor este cantante, que encara la vida con la mirada sosegada y curiosa de aquel niño que con siete y ocho años empezó a estudiar solfeo con la tuna de su pueblo.
«Aún vive en mí ese niño, las cosas que me emocionaban entonces, me siguen emocionando más como el olor del tomillo o el romero», confiesa.
Cuando echa la vista atrás, se arrepiente de cosas, «pero no es momento de hablar de ellas», añade este músico con más de 55 millones de discos que ha mantenido los pies en la tierra sin perder la cabeza.
«No me he metido en el mundo del artisteo», dice Perales, quien asegura: «la música ha sido mi vida, la forma de expresar mis sentimiento, mis historias y, por supuesto, la forma de robar a la gente sus vivencias para escribirlas y ponerlas música».
Reconoce que una de las cosas mas «apasionantes y divertidas» de su carrera ha sido meterse en el piel de artistas como Isabel Pantoja, Raphael, Rocío Jurado o Miguel Bosé para escribirles canciones.
«Me ha gustado retratar a la gente, la Jurado decía, ‘pero este de Cuenca por qué sabe tanto de mí si no le conozco de nada», detalla el cantante, que no está cerrado a escribir canciones a las nuevas estrellas de la música como Rosalía, C.Tangana o Maluma.
«El puertorriqueño Marc Anthony o el grupo Elefantes han hecho una versión de una de mis canciones y me preguntan que para cuando la siguiente», cuenta Perales, que señala que «los artistas jóvenes se han ido incorporando a mi vida».
«No me sentiría raro escribiendo para ellos, estar con jóvenes aporta mucho», dice este conquense que sigue estando «orgulloso» de su canción «Que canten los niños».
Ha cantado al amor y a la libertad, pero considera que el secreto de su éxito ha sido «contar historias cotidianas con las que la gente se ha identificado. EFE