Juan Andrade se recupera satisfactoriamente tras ser intervenido por una fractura de olécranon producto de un accidente en la bicicleta, el pasado dos de octubre. “Tuvieron que hacer una cirugía de reducción porque tenía el hueso bastante desplazado. Me pusieron tres clavos y alambres”.
Una fractura de olécranon es una fractura en la «punta» ósea del codo. Este segmento puntiagudo de hueso es parte del cúbito, uno de los tres huesos que se unen para formar la articulación del codo.
A mediados de diciembre hubo la posibilidad que le saquen los clavos, pero el galeno prefirió esperar porque el callo óseo estaba recién formado en un 60 %. A mediados de febrero está previsto que se concrete el proceso, mientras tanto Andrade ya hace un mes retomó los entrenamientos de cara a la temporada 2022.
Fue la primera fractura de consideración en su carrera deportiva. Recuerda que en 2012 se fracturó la muñeca, del otro brazo, al caerse de la bicicleta durante una competencia en Brasil.
“Fue una reducción más sencilla, no me pusieron ningún material de osteosíntesis. La recuperación me tomó solo un mes. Ahora si tocó hacer bastante fisioterapia y por su puesto fue mucho más dolorosa y fuerte la recuperación”.
La lesión frenó su participación en tres competiciones que estaban programadas para cerrar la temporada 2021. Pese a todo, se queda con los resultados que obtuvo en el primer semestre del año.
“Se dieron pasos agigantados en la mejora del nivel”, señala tras resaltar el tercer lugar en la Copa de África, en Egipto, y el décimo lugar en la Copa Mundo de Huatulco, México. Resultados nunca antes logrados por un triatleta ecuatoriano, en la rama masculina. Está convencido que va por buen camino de cara a Paris 2024. (BST)-(D)
