Ecuador lanzará una «visa nómada» para captar turismo, capitales y consumo

Ecuador ultima la emisión de una «visa nómada» para alentar la radicación en el país de trabajadores extranjeros que, a causa o no de la pandemia, se encuentran en teletrabajo y quieran disfrutar de una experiencia de vida de hasta 24 meses en el país andino.

Los Ministerios de Turismo y de Exteriores y Movilidad Humana confirmaron que están trabajando desde hace ya algún tiempo en el modelo de esta visa pionera, que sería la primera en Suramérica y pretenden anunciar en enero.

«Es una nueva modalidad de visa en la que estamos trabajando, no es un invento nuestro, hay 18 países en el mundo que la ofrecen, pero sí vamos a ser el primero en Suramérica con el lanzamiento oficial en la primera quincena de enero», dijo a Efe el ministro de Turismo, Niels Olsen, iniciador de un proyecto en el que también está involucrado el Ministerio de Exteriores.

Para Ecuador, la visa nómada es una manera de acercarse al objetivo de dos millones de turistas que aspira a recibir hasta 2025, aunque no es el único.

FOMENTAR EL TURISMO Y EL CONSUMO

Olsen presentó la iniciativa por primera vez en un reciente viaje a EE.UU., en lo que sería un proyecto con ramificaciones múltiples para inyectar capital al mercado ecuatoriano.

Por un lado buscará fomentar el turismo al país andino, pero también el ingreso de capitales, el consumo y la reactivación en el país tras casi dos años de pandemia.

En esos sentidos, la «visa nómada» apelará a profesionales en teletrabajo a los que Ecuador tentará con una vivencia cultural, turística y económica, por el menor coste de vida.

«Permitirá a trabajadores remotos trabajar desde Ecuador, legalmente, para su empleador en el exterior», destacó.

La cartera de Turismo argumenta que existen en EE.UU. nueve millones de trabajadores en esta condición, y que si tan solo un 1 % se acogiera a la nueva visa se trataría de una presencia de 90.000 personas.

EE.UU. PRINCIPAL OBJETIVO

Con más de 400.000 viajeros en 2019, Estados Unidos es el primer país emisor de turistas a Ecuador, que considera que si cada uno dejara unos 2.000 dólares de gasto en alquiler, consumo y turismo, la inyección al dolarizado mercado ecuatoriano ascendería a unos 180 millones mensuales.

«Es una forma muy creativa de poder inyectar divisas frescas a nuestra economía e incrementar el número de turistas al país», manifestó el ministro.

La iniciativa parte con EE.UU. y Canadá como mercados objetivo primarios por estar en la misma franja horaria, pero también se enfoca en otros como Gran Bretaña, Francia, Holanda, Suiza o España, si bien no habrá restricciones más allá de las que estipula la visa.

Entre ellas están las de demostrar un salario mínimo equivalente a 1.275 dólares y un contrato con una empresa extranjera en condición de teletrabajo.

También estará abierta a propietarios de empresas en el extranjero y freelancers, y a los familiares que los quieran acompañar mediante una visa de amparo.

Y el candidato se podrá radicar en cualquier sitio de Ecuador con la única excepción de las Islas Galápagos, donde el acceso está restringido por razones medioambientales.

EL MODELO EXISTE PERO NO ESTÁ REGULADO

Extranjeros que trabajan en Ecuador a distancia con empresas en otros países ya existen, según Olsen, si bien deben abandonar el país a los seis meses por caducar la visa.

Lo que busca la iniciativa es que puedan permanecer un tiempo más prolongado, si así lo desean, y seguir «trabajando y gastando su sueldo en Ecuador hasta por dos años», teniendo en cuenta que le va a costar muchísimo menos que en su propio país.

Para Ecuador significará también un ingreso fiscal porque su residencia sería superior a los 181 días.

Una alta fuente del Ministerio de Exteriores y Movilidad confirmó la información pero prefirió no dar detalles de la misma hasta que se cierren los detalles del caso.

Heredada del anterior presidente Rafael Correa, Ecuador tenía hasta 2019 una política de puertas abiertas casi absoluta que permitía un acceso casi ilimitado a todo tipo de migraciones, incluida la de teletrabajadores.

Sin embargo, ese año, a raíz de varios casos judiciales y la masiva migración venezolana, el Gobierno de entonces introdujo restricciones de seguridad que hoy hacen la visa más dificultosa.

El nuevo modelo de visa apela sin embargo a una migración temporal y cualitativa con recursos propios. EFE

Andrés Mazza

Periodista y fotógrafo. Escribe sobre cultura, educación, migración y astronomía.

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