El primer ministro británico, Boris Johnson, admitió que los hospitales afrontarán una presión «considerable» en las próximas semanas debido al aumento de los contagios por la variante ómicron del coronavirus, pero insistió en que las restricciones actuales en Inglaterra son suficientes para superar esta ola.
En declaraciones durante una visita a un centro de vacunación en el condado de Buckinghamshire, al norte de Londres, el líder conservador mantuvo que esta variante «es claramente más débil» que otras del virus, con menos personas en cuidados intensivos, y por tanto considera que las medidas anunciadas para combatirla son suficientes por el momento.
Cuatro hospitales del condado inglés de Lincolnshire se han declarado en situación de emergencia y limitado algunos servicios debido a una escasez de personal provocada por contagios de covid, informa este lunes la BBC.
También el sector de la hostelería y el comercio minorista han advertido de que afrontan numerosas bajas debido a los confinamientos por el virus y avisan de que muchos establecimientos podrían tener que cerrar.
En Inglaterra, la región más poblada del Reino Unido y donde estas navidades se registró un récord de contagios, es obligatorio llevar mascarilla en espacios cerrados como el transporte y los supermercados (no en la hostelería) y presentar un pase de vacunación o test negativo para entrar en grandes eventos o discotecas, y se recomienda trabajar desde casa.
Además, los estudiantes de secundaria deberán hacerse un test antes de reincorporarse a las aulas esta semana y llevar mascarilla en todo momento.
Johnson pidió ayer a los responsables de organismos del sector público que hagan «planes de contingencia» ante la posible ausencia de hasta un 25 % de los empleados por contagio del virus, en especial en la Sanidad y la Educación. EFE
