Dos emisoras cuencanas trabajan para mantenerse en amplitud modulada

Ya son varios días en los que la gente pregunta, ya sea a través de las redes sociales o en las cabinas, qué pasó con “Radio Sonoonda”, qué pasó con la programación. Antes de escuchar la respuesta, muchos creen que la emisora se cerró, que siguió los pasos de otras señales de radio que ya no están.

Con la llegada de nuevos equipos tecnológicos, con el auge del internet y con las diversas aplicaciones y servicios que lo complementaron, decenas de medios de comunicación, principalmente radiales, han desaparecido en Cuenca. He allí las razones por las que se piensa que Radio Sonoonda ya no funciona.

Sin embargo, nada de eso ha tumbado a Sonoonda, una emisora que trabaja en amplitud modulada (AM) desde hace más de tres décadas, y que es una de las poquísimas que todavía sigue activa en esa onda radial.  

En Radio Sonoonda se están actualizando los equipos para abarcar nuevos públicos con nueva programación. Andrés Mazza/El Mercurio

Fundada en mancomunad por un grupo de personas de las zonas rurales de Cuenca, la emisora surgió con un solo propósito: acercar a la población campesina las noticias y la música a los lugares a donde no llega la frecuencia modulada.

No obstante, volviendo al principio, en las últimas semanas, cuando la gente ha sintonizado 960 AM, no se escucha más que ese ruido de que no hay señal. Y es así porque los administradores de la emisora están renovando los equipos radiales.

“Lo que queremos hacer es un despunte nuevamente del trabajo de la radio comunitaria. Esta vez el producto no será solo direccionado al sector rural, sino a un público urbano que también existe”, comentó Natalia Quinde, gerente de Radio Sonoonda.   

La actualización de equipos no es solo un cambio de tecnología, sino va más allá: adentrarse a los nuevos formatos para que la radio perdure aún más, para que no desaparezca como ya lo hicieron otras emisoras por donde pasaron cientos de locutores y periodistas y personajes que fueron queridos.

En la misma lid se encuentra la emisora AM “La Voz del Río Tarqui”, que se fundó en 1960. Para su propietaria, Rosa María Pulla, ha sido difícil mantener su radio, más aún en los tiempos de internet y de pandemia.

“Si nosotros seguimos de pie es porque tenemos ya un público en Radio Tarqui, que nos sigue, que nos escucha. Es un arduo trabajo, realmente es arduo mantener a la radio. ¿Hasta cuándo nos vamos a mantener?, no sabemos, pero seguimos aquí trabajando”, dijo Pulla a diario El Mercurio.

Dentro de ese trabajo que cumple la propietaria de La Voz del Río Tarqui es la planificación para crear un canal de YouTube. El objetivo es acercarse a los públicos ya no solo a través del sentido del oído sino de la vista.

Respaldo de la comunidad

Podría decirse que es suerte que todavía existan, como La Voz del Río Tarqui y Radio Sonoonda, emisoras en amplitud modulada. No obstante, no es solo eso.

A pesar de que la publicidad es menor, hay un público, una comunidad que respalda a las emisoras a través del trabajo mancomunado, ya que la labor que cumplen quienes están detrás de los micrófonos hace que la población, rural principalmente, se siente amparada, informada y sintonizada con lo que pasa en las urbes como en las zonas alejadas a las ciudades.

“La AM sobrepasa la cordillera y llega a mucho más distancia. Y eso no es un inconveniente, por eso que hay un público que, aunque está lejos, respalda. Y acá vamos a estar hasta cuando el público quiera”, opinó Patricio Pinos, quien ha trabajado por varias emisoras de la ciudad. (I)

Andrés Mazza

Periodista y fotógrafo. Escribe sobre cultura, educación, migración y astronomía.

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