Entrecortado, despacito, con problemas para identificar las letras: así están leyendo muchísimos niños.
Gran parte de esa problemática vino con la pandemia, la que obligó a que niños y adolescentes dejaran de ir a las escuelas para conectarse a la virtualidad y tratar de aprender a través de una pantalla.
No obstante, el problema no es nuevo. Meses antes de que se declarará la emergencia sanitaria en Ecuador, el Laboratorio Latinoamericano de Evaluación de la Calidad de la Educación llevó a cabo el Estudio Regional Comparativo y Explicativo (ERCE).
Con el ERCE se hizo una investigación entre estudiantes de cuarto y séptimo de Educación General Básica (EGB) para conocer en qué niveles de desempeño se encuentran en las áreas matemáticas, de lectura y escritura. En el caso del desempeño de lectura, tanto para los estudiantes de cuarto de básica como para los de séptimo se establecieron cuatro niveles, cuyo contenido difirió entre un grado y otro.
Por ejemplo, para los niños de cuarto de básica, en el primer nivel, entre otros puntos, debían ser capaces de localizar información explicita; en el segundo nivel los estudiantes debían localizar información y relaciones explícitas presentadas en forma literal o parafraseada, y ubicarse en diferentes partes del texto.
Para el tercer nivel, los estudiantes debían localizar información relaciones explícitas presentadas en forma literal o parafraseada, y, necesariamente, distinguir de otras. Mientras, que, en el cuarto nivel, los niños ya debían ser capaces de realizar inferencias que requerían una conclusión sobre el texto a partir de pistas presentes en él.
Una vez aplicada las pruebas, se encontró que solo el 58,1 % de los estudiantes de cuarto de básica de Ecuador alcanzó o superó el segundo nivel de desempeño. Ese porcentaje es inferior, en un 3,8 %, al que los estudiantes obtuvieron en el 2013, cuando se aplicó el mismo estudio. Por los resultados, de acuerdo con las consideraciones finales del estudio que fue presentado en diciembre de 2021, Ecuador tiene grandes desafíos que superar si es que se quiere avanzar en el logro de los Objetivos de Desarrollo Sostenible.
Complejidad
Si antes de la pandemia los niños ya tenían problemas en aprender a leer, y, sobre todo, en comprender lo que leen, con la emergencia sanitaria la problemática se agravó, ya que hay escenarios muchos más complejos. Hace unos días, Miguel Pesántez, coordinador de la zona 6 del Ministerio de Educación dijo que hay niños de cuarto y quinto grado que todavía no saben leer. La virtualidad, en el mejor de los casos para algunos, y la falta de recursos tecnológicos para seguir las clases en línea no ayudaron a que los menores de edad siguieran con sus procesos de aprendizaje como era debido.
He allí por qué el Ministerio de Educación y la UNESCO habían insistido en que las escuelas debían reabrirse.
“Al estar detrás de una pantalla, el método de enseñanza se vuelve muy limitado. El proceso de aprender a leer y escribir es un proceso que requiere de ciertas estrategias didácticas específicas, y, sobre todo, el acompañamiento de la maestra, pero eso no pasa porque nos encontramos en esta situación de pandemia”, opinó Eulalia Pesántez, estimuladora temprana.
La especialista, en medio de la emergencia sanitaria, abrió un centro pedagógico en el que varias familias han buscado sus servicios para que los niños no sigan atrasándose más. Porque la lectura conlleva otros problemas: el no entendimiento de las otras áreas de estudio.
“Este es un proceso que toma su tiempo. Uno, como profesora, ha tenido que buscar alternativas, ser creativos, para que los niños aprendan a leer en las clases virtuales. Es un poco más fácil trabajar con quienes ya saben leer. Aunque, en cualquier caso, el proceso requiere de tiempo”, dijo la maestra Belén Rosales.
Ante esa realidad compleja, el Ministerio de Educación había emprendido la tarea de reactivar los establecimientos educativos y nivelar a los estudiantes.
Sin embargo, los contagios y la fuerte presión desde varios sectores para evitar que las escuelas se reabran siguen siendo una pared que no termina de caerse. Mientras tanto, los centros comerciales, las fiestas y los espacios públicos con aglomeraciones se mantienen activos como si no hubiera una pandemia encima.
Innovar para enseñar
Hay mucho por hacer, pero ello depende de un trabajo en conjunto entre las familias y los docentes. Ello piensa Juan Auquilla, docente de literatura de la Universidad Nacional de Educación (UNAE).
En primera instancia, para Auquilla, se debe entender que no todos los procesos de aprendizaje van al mismo ritmo entre los estudiantes. Cada uno tiene su propio sistema que debe ser alentado por el docente, aún más en la situación actual.
“Creo que hay trabajar en la empatía con el estudiante, que no tenga miedo, hay que buscar que forme parte del aprendizaje. Los docentes debemos innovar”, dijo Auquilla.
Por ejemplo, el docente de la UNAE ha hecho que sus alumnos graben mensajes de voz en los que se les escuche leyendo un poema, un relato, y que los compartan a través del WhatsApp. Y lo mismo han aplicado sus estudiantes, quienes hacen prácticas en las escuelas del Austro.
Con ello, de alguna manera, busca que los estudiantes pierdan el miedo a leer, a aprender.
–
- – Meses antes de la pandemia, Ecuador fue parte del Estudio Regional Comparativo y Explicativo (ERCE 2019).
- – La investigación fue realizada por el Laboratorio Latinoamericano de Evaluación de la Calidad de la Educación.
- – Para el estudio se consideraron a los estudiantes de cuarto y séptimo de básica y las áreas de lectura y escritura, matemáticas y ciencias.
- – En el caso de la lectura, los niños de cuarto grado, en un 58,1 %, alcanzaron o superaron el nivel 2, de 4.
- – Mientras que, los niños de séptimo grado, de acuerdo con este estudio, solo el 26,1 % alcanzó o superó el nivel 3, de 4 niveles.
- – El informe de los resultados de la evaluación de la calidad educativa fue presentado por el Laboratorio en diciembre del año 2021.
- – Para el estudio del Laboratorio Latinoamericano se consideraron 6.600 estudiantes de 248 escuelas de todo el Ecuador.
- – Según los especialistas, los resultados representan a cerca de 299 mil estudiantes de tercer grado y 292 de sexto grado del Ecuador. (AWM)-(I)