¿Quién no ha sentido miedo?

El miedo al covid-19 nos ayuda a sobrevivir; nos pone en alerta, en nuestro cuerpo con torrentes de adrenalina y nos prepara para la lucha o la huida. Pero también puede ser una trampa insalvable, una jaula imaginaria, una tortura, y más aún en tiempos de pandemia.

¿Pero acaso es tan vergonzoso sentir miedo? Pero si el miedo es un enemigo intimo con quien compartimos nuestras vidas, desde luego hay que diferenciar el miedo físico, a que nos asalten o te maten, así es la realidad humana, solo arriesgando la vida conserva la libertad… Y el miedo emocional, a veces, obsesivo, neurótico, con quien compartimos la existencia, es muy cierto que la vida es frágil, que en cualquier momento puede ocurrir una desgracia, como la que estamos viviendo. El miedo está presente en todos los estados de la vida.

Miedo a todo; exacerbado por la ponzoña de las redes, a que tu pareja te abandone, a que te despidan, a que tu hijo se drogue… ¡Porque destrozar nuestro presente por el miedo a un futuro incierto!… Lo dice el refrán popular: un valiente no es quien no tiene miedo, sino quien lo supera, deduzco los que vivimos con el miedo somos sin lugar a dudas los que estamos sobreviviendo a esta pandemia. El miedo nos pone en alerta.

Finalmente, ahora que estamos comenzando el primer mes de un nuevo año, es un buen momento para plantearnos si somos felices así, o estamos sobreviviendo, que nos reduce a la condición de perdedores en un mundo que parece hecho a la medida de los sonrientes consumidores…Con un supersticioso Covid-19 oculto a la imagen física donde prolifera el temor a engordar, arrugarse, que es en definitiva el miedo a la muerte, en un mundo cada día más peligroso con los augurios de catástrofes que asociamos al cambio climático. (O)

CMV

Licenciada en Ciencias de la Información y Comunicación Social y Diplomado en Medio Impresos Experiencia como periodista y editora de suplementos. Es editora digital.

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