Kiev.- «La cosa está mal», declara a Efe Svetlana, vendedora del mercado Bessarabski, en el centro de Kiev. La amenaza de un ataque ruso impacta negativamente en la economía de Ucrania, que necesita una inyección millonaria para estabilizar la actividad económica y la divisa nacional, la grivna.
«Incluso durante la cuarentena de 2020 estaba mejor, la gente cuenta cada kópek, todos los precios han subido», lamenta la vendedora de 48 años, y vincula esta situación a «malas cosechas», la deficiente gestión del Gobierno y la concentración de tropas rusas cerca de las fronteras ucranianas.
FRENAR EL PÁNICO INFORMATIVO
El presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, reconoció el pasado viernes que el pánico creado a nivel internacional ante la posibilidad de una guerra entre Rusia y Ucrania, ha afectado la economía del país.
El mandatario afirmó que incluso «líderes de países respetados» han lanzado mensajes alarmistas y alertado sobre la inminencia de una guerra, lo cual genera «pánico en el mercado, pánico en el sector financiero».
Algo que ha dañado a Ucrania, que en 2021 tuvo un PIB récord y una cartera de inversiones que se incrementó en 6.500 dólares el año pasado, pero ahora observa la retirada de 2.500 millones de dólares en inversiones.
A MAL TIEMPO, BUENA CARA
Zelenski anunció que Kiev tendrá que gastar entre 4.000 y 5.000 millones de dólares de la reserva nacional para estabilizar la divisa nacional.
«Es el precio que pagamos por la política informativa desequilibrada», insistió.
En tanto, los kievitas no se dejan llevar por el pánico y tratan de seguir con su vida normal, no hay desabastecimiento en las tiendas y tampoco faltan clientes en los centros comerciales, especialmente en horas de la tarde, cuando la gente sale de sus trabajos.
La ciudad, en la que muchos no creen en la inminencia de una intervención rusa, vive a su ritmo normal.
Según el asesor del presidente ucraniano, Oleg Ustenko, en lo que va de año el Banco Nacional de Ucrania ya inyectó en la economía cerca de 1.500 millones de dólares de sus reservas, estimadas en un total de 30.000 millones de dólares, el equivalente a cuatro meses de importaciones.
RESCATAR LA CONFIANZA
«La economía no se limita a los indicadores financieros, se trata también de confianza. En condiciones de un contexto informativo extremadamente tenso respecto a la situación de seguridad en Ucrania es deshonesto no hablar sobre la necesidad de un apoyo adicional», sostuvo.
El asesor de Zelenski aseguró que pese a la difícil situación que atraviesa el país, las autoridades «continúan trabajando, el país debe sostener a sus ciudadanos y garantizar un funcionamiento normal de la economía».
«Contamos con la llegada adicional de inversiones extranjeras a Ucrania», añadió, al destacar que esto sería una «señal positiva» que propiciaría la estabilidad económica en medio de las actuales tensiones.
Canadá ya respondió a Ucrania con la promesa de apoyar su economía mientras la Unión Europea estudia la posibilidad de implementar un programa de ayuda macrofinanciera de 1.200 millones de euros.
Ucrania espera también 2.000 millones de dólares del FMI, indicó Ustenko, que expresó la confianza en que EEUU ofrecerá a su país garantías crediticias.
UNA VIDA SIN EXCESOS
Pero estas maniobras económicas internacionales no cambian significativamente el ritmo de vida de los ucranianos, que buscan acomodarse a la situación.
En los fines de semana muchos se permiten acudir a cafeterías y bares, que se abarrotan de un público joven sediento de diversión.
«Sin excesos, solo vine a descansar. Nada de política. Me lo puedo permitir», confiesa a Efe Andrii, un informático de 32 años, más interesado en apurar su trago que en conversar, ajeno a la sombra de una guerra, a la amenaza de la nueva variante del coronavirus, y a la inflación, que continúa aumentando.
Para fines de 2021 la inflación en Ucrania alcanzó dos dígitos por primera vez en varios años, con un 10 %, mientras el precio de los alimentos experimentó un alza del 11,3 %.
La viceprimer ministra para Integración Europea y Eurotlántica de Ucrania, Olha Stefanishyna, responsabilizó a Rusia de desestabilizar la economía del país por medio de la actual escalada militar.
«Esto tiene un fuerte impacto en la economía de Ucrania y demanda un respaldo financiero masivo para garantizar la estabilidad del sistema bancario», dijo, al señalar que el país invierte cada semana en su sistema bancario el equivalente a toda la asistencia militar prestada por Estados Unidos.
SALVAR A LOS MÁS NECESITADOS
Para frenar el aumento de la carestía, en diciembre pasado el Gobierno fijó en no más del 10 % la diferencia entre los precios mayoristas y minoristas para el pan, el azúcar y otros alimentos, y no descartó la posibilidad repartir cartillas de alimentos a la familias más necesitadas.
En poco más de un mes la moneda ucraniana se ha depreciado en torno a un 7 % respecto de la divisa estadounidense y ha caído a su nivel más bajo desde 2018.
Liubov, vendedora del mercado Bessarabski, comenta a Efe que en Ucrania «tenemos pensiones de 1.600 grivnas, 2.100 grivnas (55 y 73 dólares), y los pagos de electricidad y agua son de 3.000 y 4.000 grivnas (105-140 dólares)».
«Con eso hay que vivir», zanja la mujer al señalar que prefiere «dejar los debates políticos a la televisión».EFE