La compañía sudafricana Afrigen ha hecho historia al lograr el primer candidato vacunal contra la covid-19 de África utilizando la tecnología de los ácidos ribonucleicos mensajeros (ARNm) a partir de los mismos datos científicos con los que se diseñó la de Moderna, confirmó la empresa.
Afrigen espera que su vacuna, a la que aún no han dado un nombre concreto, pueda empezar a ser estudiada en humanos en noviembre de este año. Por el momento, el proyecto se encuentra en la fase de análisis preclínicos y en animales.
«Usamos la secuencia, el código genético (del coronavirus), de la Universidad de Stanford (Estados Unidos), que es el mismo que para la vacuna de Moderna. Pero nosotros usamos nuestro propio proceso para hacerla», explicó a Efe Petro Terblanche, directora gerente de Afrigen.
Este proyecto, desarrollado en los laboratorios que Afrigen tiene en Ciudad del Cabo (suroeste), nació con la colaboración de expertos de la Universidad de Witwatersrand (Johannesburgo) y cuenta con financiación, entre otros, del Estado sudafricano y de gobiernos europeos.
Está diseñada partiendo de la versión original del SARS-CoV-2, pero Afrigen trabaja también ya con la secuencia de la variante ómicron (cuya detección fue anunciada precisamente por científicos sudafricanos a finales de noviembre pasado).
Si bien varias farmacéuticas que lideran la vacunación mundial contra la covid-19 llegaron a acuerdos de producción para cerrar las últimas fases de elaboración en África o incluso, recientemente, a alianzas para que empresas locales utilicen toda la patente (como la sudafricana Aspen y la multinacional Johnson & Johnson), el de Afrigen es el primer candidato íntegramente africano.
«Es la primera vez que en el continente africano, en un laboratorio, no en una fábrica, se hace una vacuna ARNm», celebró Terblanche.
El avance supone todo un hito para una región que, durante esta pandemia, experimentó grandes dificultades para proveerse de los productos sanitarios necesarios para luchar contra el coronavirus, las vacunas.
Este factor motivó que muchos líderes continentales incidieran mucho recientemente en la necesidad de que África impulse la producción e investigación local, para dejar de depender de los países occidentales tanto en la batalla contra la covid-19 como para futuras pandemias.
En el marco de esta tendencia, Sudáfrica ha encabezado en buena medida los esfuerzos con distintas iniciativas, tanto impulsando acuerdos empresariales como poniendo en marcha centros y campus de investigación sanitaria e intercambio de tecnología.
«Somos solo un componente de esta enorme estrategia para producir nuestras propias vacunas (…). La de la covid-19 es nuestra primera vacuna; pero ya estamos apuntando a la tuberculosis, el VIH, fiebre de Lassa, malaria y otras enfermedades que son muy importantes en el continente africano», señaló la directora ejecutiva de Afrigen.
«La tecnología del ARNm es muy, muy, muy relevante para el futuro», recalcó.
El continente africano registró hasta la fecha unos 10,8 millones de contagios y unas 240.000 muertes, pero solo el 11,3 % de su población cuenta ya con la pauta completa de vacunación, según los datos del Centro para el Control y Prevención de Enfermedades de África (África CDC), organismo de la Unión Africana (UA).
Sudáfrica es el principal foco de la pandemia de toda la región, con 3,6 millones de casos y algo más de 95.000 fallecimientos, y tiene a alrededor de 27 % de la población inoculada. EFE