El presidente saliente de Chile, Sebastián Piñera, recibió la cuarta dosis de la vacuna contra la covid-19 en pleno pico de la contagiosa variante ómicron, que está disparando los contagios diarios hasta cifras nunca vistas en la pandemia.
«La ola de ómicron está causando efectos devastadores en el mundo entero. Hay días o semanas en que más de 20 millones de personas se han contagiado en el mundo», dijo el mandatario conservador.
Los mayores de 55 años que hayan cumplido seis meses desde su anterior inyección están llamados desde este lunes a inocularse con la cuarta dosis, luego de que los sanitarios y las personas inmunodeprimidas fueron inmunizadas en enero.
Chile se convierte así en unos de los primeros países del mundo en apostar por la vacunación masiva de la cuarta dosis, siendo Israel el primero que empezó el pasado 2 de enero.
Según el Ministerio chileno de Salud, la efectividad de los esquemas primarios de vacunación disminuyen en el tiempo, tanto para la protección contra el covid-19 como para las formas más graves de la enfermedad, y la cuarta vacuna «aumenta en 20 veces la protección que tiene una persona respecto a otra que no tiene su vacunación completa».
«Esperamos que esta ola de ómicron, que está en sus niveles más altos en Chile, pronto, muy pronto, empiece a caer y nos permita recuperar mejor nuestras vidas», indicó el gobernante, quien el próximo 11 de marzo le traspasará el poder al izquierdista Gabriel Boric.
Piñera, de 72 años, se vacunó en un centro de salud público de la localidad de Futrono, en la región de Los Ríos, a 800 kilómetros al sur de Santiago y donde se encuentra unos días de vacaciones.
Chile ha llevado a cabo una de las campañas de inoculación más exitosas del mundo, con más del 92 % de la población (19 millones de habitantes) con un esquema completo de vacunación de dos dosis o dosis única y con más de 12,5 millones de dosis de refuerzo aplicadas.
La vacuna más usada es CoronaVac, del laboratorio chino Sinovac, aunque también se administran en menor medida Pfizer/BioNtech, AstraZeneca y Cansino y el Instituto de Salud Pública (ISP) aprobó la semana pasada el uso de emergencia de Moderna.
Chile, donde desde el inicio de la pandemia se han registrado 2,3 millones de infecciones y casi 40.000 muertos, rompió el pasado viernes el récord diario, con 37.468 nuevos casos, y tiene desde hace días una tasa nacional positividad cercana al 24 %.
Pese al explosivo aumento de los casos, el Gobierno no se plantea nuevos confinamientos, sino la reducción de aforos en las regiones más afectadas porque la presión hospitalaria sigue siendo muy baja. EFE