Al Mejor Postor

Andrés F. Ugalde Vázquez @andresugaldev

Ahora mismo, mientras miles de trabajadores pueblan las fábricas y los campos de nuestro país, en la inmensa tarea de generar la riqueza que tanto necesitamos, una delegación presidencial se encarga de vender el país al mejor postor. Ciertamente, el Ecuador (o mejor dicho el presidente), se ha empeñado en un Tratado de Libre Comercio (TLC) con la China que por ahora deja más dudas que certezas. Y no se trata de oponerse dogmáticamente a la apertura de los mercados, sino de actuar dese el sentido común que sugiere que los tratados comerciales se den entre economías homogéneas para evitar que el pez grande se coma al pez chico.

Entonces ¿suelen estos tratados ser beneficiosos para las partes? Podrían serlo en teoría. Más luego, en la práctica, no suelen serlo tanto, sobre todo cuando las economías de las grandes potencias se desayunan a la industria local de las economías emergentes; ni lo son cuando los grandes países usan a los pequeños de patio trasero para abarrotarlos de chucherías que no cumplen los más elementales parámetros de calidad; y ciertamente no lo son cuando reproducen la aberrante inequidad planetaria en pequeñas élites locales que amplían la enorme brecha entre los pocos que tienen tanto y los muchos que no tienen nada.

Así que habrá que andarse con cuidado. Y más aún frente a un presidente que (y esto no sorprende a nadie) gobierna con las élites económicas que lo formaron y para las élites económicas que lo sostienen. Aún está fresca en la memoria la aberrante ley Creando Oportunidades que permite la repatriación, sin preguntas de por medio, de los capitales y pretende financiar el déficit fiscal a partir de un monumental zarpazo a la clase media.

Y esperemos que este no sea un nuevo capítulo de la misma historia. Dejémoslo claro de una vez: la esencia de nuestra economía es la industria manufacturera. Es esta la que genera valor, permite el empleo e impulsa las exportaciones que equilibran la balanza comercial más allá de la perniciosa dependencia al sector petrolero. Es la industria la que mantiene viva la economía de este país. El comercio viene después. Después… (O)