Una veintena de científicos de diversos países y cinco ONG han publicado este viernes una carta abierta dirigida al gobierno de España y al gobierno autonómico de Cataluña (noreste), así como a la Universidad de Barcelona para reclamar que detengan los experimentos con 38 perros beagle, de los que 32 serán sacrificados tras probar en ellos un nuevo fármaco.
El grupo de científicos, entre los que figura el doctor Luis Falcon, presidente de GNU Solidario, y las ONG Investigación Sin Experimentación Animal (ISEA), Franz Weber Foundation, Animal Free Research y Plant-Based Health Professionals, proponen abrir un debate público con representantes de la Universidad y de la Generalitat.
En su carta denuncian que cada año se utilizan más de un millón de animales en toda clase de ensayos, donde se practican actos «crueles, ineficaces y poco fiables” que acaban generando «traumas físicos y emocionales», con una alta tasa de muerte, y aseguran que «alrededor del 96% de estos experimentos resultan un fracaso».
«La ciencia debe darse cuenta de que los humanos son muy diferentes a otras especies», afirma la carta, que cuestiona la posición de la Universidad de Barcelona (UB) sobre la supuesta necesidad de utilizar animales vivos para esta investigación con 38 perros beagle, y la contratación de una empresa, Vivotecnia, implicada en una investigación en su laboratorio de Madrid, en el que «se documentaron actos de crueldad extrema».
Frente a la continuidad de los test con animales, los investigadores firmantes defienden los «grandes avances en los métodos de investigación sin animales que están diseñados para beneficiar a los humanos» y ponen como ejemplo «los modelos informáticos, la inteligencia artificial y los órganos en un chip».
Así mismo reclaman «invertir en estos métodos» para producir «una investigación biomédica más fiable, pero también una sociedad más sana, humana, respetuosa y empática».
La carta recuerda dos hitos de relevancia acerca de los sentimientos de los animales: la Declaración de Cambridge de 2012, que afirma que los humanos no son los únicos que poseen los sustratos neurológicos que generan la conciencia; y la Declaración de Toulon de 2019, que subraya que los animales deben ser considerados universalmente como personas y no como cosas.
Ambos manifiestos, suscritos también por profesionales de instituciones como el MIT, el Instituto de Tecnología de California o el Instituto Max Planck sirven a los firmantes de la carta para reclamar la paralización del experimento impulsado por el Ministerio español de Ciencia, desde una empresa radicada en el Parque Científico de Barcelona, y que se llevará a cabo en marzo en los laboratorios de Vivotecnia en Madrid.
También piden la liberación de los perros y la conversión de la Universidad de Barcelona «en una institución de referencia en la adopción de ciencia avanzada y abierta y de tecnología relevante para el ser humano sin el uso de animales no humanos».
Luis Falcón, uno de los firmantes de la misiva, plantea la necesidad de un debate público y abierto. «A nosotros -dice- no podrán decirnos que esos experimentos son necesarios desde un punto de vista científico, puede que lo sean en un sentido burocrático, pero no científico, y mucho menos ético».
El presidente de GNU Solidario propone un debate abierto entre responsables universitarios y del gobierno autonómico para «hablar de experimentos con animales y sin ellos, con la sociedad y la prensa como testigos». «Veamos cómo se usa el dinero público y en qué repercuten estos experimentos en la salud humana y para los animales no humanos, y después de eso decidimos si queremos continuar por este camino», concluye. EFE