La información de la Auditoria realizada a la CFN, demostró lo que era un secreto a voces. La entidad no había ganado supuestamente 7 millones de dólares en 2020, sino había perdido 240 millones debido a que no se realizaron las provisiones de las cuentas incobrables, en las cuales se incluye el famoso préstamo de alrededor de 80 millones a los trabajadores de La Clementina, empresa que perteneció a Álvaro Noboa y fue prácticamente confiscada por Correa, en un acto deleznable, y de claras intenciones políticas.
Y mientras el periodismo de investigación busca conocer la verdad, los ex presidentes del directorio, Santiago León y Juan Carlos Jácome, no dan la cara; el uno diciendo que un contrato privado con la empresa en donde hoy trabaja, le impide dar declaraciones “políticas”; y el otro, simplemente porque no tiene los datos.
Vamos, en lo que el gobierno del presidente Lasso ha intervenido, descubriendo una serie de falencias, desórdenes, cifras de estados financieros mentirosas; para ejemplos, basta nombrar al Banco del Pacífico, Ban Ecuador, el IESS, la CFN, aparte de las tramas que el “mago” Cherrez hizo en la ISSPOL, y el “fantasma” González en los medios de comunicación. Trapacerías llenas de corrupción, con una maquinaria de coimas, arreglos oscuros, en los cuales han intervenido altos funcionarios públicos, y pésimos empresarios privados. Todo esto como una gran coincidencia de la época perdida.
La recuperación de los fondos va a ser muy difícil, así se hagan esfuerzos supremos, debido a que las pruebas, siendo contundentes, han pasado, por el momento, nada más que a ser materia de información periodística o de opinión, mientras los ciudadanos vemos aterrorizados como hicieron del poder político, un centro de delincuencia organizada.
Le corresponde a la justicia hacer su trabajo, para limpiar todas estas barbaridades, y los culpables, con juicios justos, respondan por sus actos. No se trata de ninguna persecución, como los forajidos asesores, y militantes del partido que movió estas fichas, andan pregonando. Los ecuatorianos necesitamos un baño de verdad urgente, y que los culpables sean sancionados. (O)