Si la transparencia en política es la honestidad, ética y responsabilidad con las cuales los gobiernos deben actuar para informar a los ciudadanos sobre sus gestiones, el manejo económico, y otros asuntos de interés colectivo, en el Ecuador muchas decisiones no resultan así.
Colocar cortapisas a la información pública, poner a muchas resoluciones el candado de la confidencialidad; y, peor todavía, allanarse a este cerco oscuro y dudoso para hacer negocios con los recursos del Estado o defender los intereses nacionales por demandas ante arbitrajes internacionales, no cuadran con el ejercicio de la transparencia.
En el caso de Cuenca, se confirmó el acuerdo de confidencialidad sobre el arbitraje en torno a la demanda planteada por el consorcio CCRS en contra de la Municipalidad.
Dicho proceso se ventila en la Cámara de Comercio de Chile. Aquí, “a puertas cerradas” se litiga tal demanda, interpuesta tras la terminación unilateral, por parte del municipio, del contrato para la construcción de la ruta tranviaria.
Están en juego decenas de millones de dólares; pero por la confidencialidad los cuencanos no tienen derecho a conocer los entretelones del proceso, peor la defensa municipal, so pena de hacerse acreedora a sanciones, altas multas por lo general, si se transgrede semejante acuerdo.
La transparencia tampoco es total entre los gobiernos; peor si se trata de la concesión de créditos.
El presidente Guillermo Lasso ofrece entregar a Fiscalía los nombres de quienes, durante los gobiernos de Correa y Moreno, participaron en la negociación de millonarios créditos con China en “condiciones lesivas” para Ecuador.
Se refiere a los contratos de intermediación petrolera. Con esto, el crudo comprometido a China para pagar la deuda pasa por manos de terceros con jugosas ganancias.
El gobierno chino estaría de acuerdo en sacar de la opacidad esa negociación como un ejercicio de transparencia, un paso clave para lograr, por parte de Ecuador, la renegociación de la onerosa deuda.
En conclusión: o se es transparente del todo, o no se es.