Ahora que el tiempo ha dejado de ser un tiempo de prudencia y respeto, sapiencia y esfuerzo, dedicación y trabajo; por uno de prisa mediática y redes sociales, la moda quizá -para algunos- ya no es estudiar y obtener credibilidad y respeto por su esfuerzo, sino por más likes.
Si quiere likes realice una publicación que engañe y genere un pánico en la sociedad. Diga por ejemplo que se avecina un temblor, un meteorito o un incendio que viene creciendo. Haga la de “los giles” ya no en la noche, sino durante todo el día. Invente un holocausto discursivo en contra de una política pública o de la maldad del gobernante que no atendió su pedido entre los 3 millones de necesidades que éste afronta y resuelve.
De vez en cuando mienta con una afirmación que no tiene fundamento ni cómo sostenerla más allá del espacio de la pantalla de su celular. Impute un falso delito o haga adjetivos a una persona por el solo hecho de no pensar como usted. Destruya familias, esfuerzo y dignidad ajena. Sea víctima de lo que el sistema le hace y no ha pensado en su metro cuadrado. Mienta un poco y obtenga audiencia.
Proponga sin contraste ni prudencia una noticia con el único fin de dañar y romper la armonía ajena. Diga que acaba de ver a un ladrón pasar pero que no pudo hacer nada porque estaba escribiendo en el celular. Muestre la fotografía de un delito que se comete pero que era mejor no actuar porque podía perder el video para subir. Opine sobre materias desconocidas y técnicas. De una vez créase economista, financiero, ingeniero, arquitecto y abogado. A la final, las redes sustituyeron al papel que aguanta todo.
Hágalo no más. Siga no más. Pero jamás cuente con mi like. (O)
