Walther Sinche, migrante y activista por los derechos de los migrantes en los Estados Unidos (EE.UU.) considera que Ecuador tiene tres problemas que desmotivan a los compatriotas a regresar a invertir en el país.
Son la corrupción, la inseguridad y la tramitología, y estos hacen que muchos ecuatorianos que residen en el exterior no retornen porque temen ser perjudicados.
Para Sinche es necesario implementar políticas por parte del Estado y asimismo que la población cambie su comportamiento para conseguir ser un buen destino para que los migrantes puedan invertir.
A decir de Sinche, ahora en EE.UU., hay mucha demanda de mano de obra, especialmente, en áreas como la construcción y la salud, pues hay trabajadores que dejaron sus empleos por la pandemia de la Covid-19.
- ¿Cómo están las oportunidades de trabajo para los migrantes en los EE.UU.?
No han decaído las oportunidades, especialmente, en las áreas de la construcción y la salud; sin embargo, lo que nos preocupa a nosotros como activistas es la cantidad de migrantes ecuatorianos que están llegando, incluso, profesionales: doctores, dentistas, abogados y otros especialistas, que tienen que adaptarse a trabajar en otros espacios diferentes a su profesión… También llegan muchos ecuatorianos que antes trabajaron en el sector público…
- ¿Cuáles son las áreas donde hay mayores oportunidades laborales para los ecuatorianos?
Este momento es la construcción, también hotelería, restaurantes, pero en menor escala. Muchos migrantes desconocen la cultura de EE.UU., lo que son los derechos y responsabilidades. Deberían aprender un poco desde acá, para que no sean abusados desde un inicio y en eso estamos trabajando…
- Ahora los compatriotas indocumentados pueden obtener una licencia de conducir en algunos estados de EE.UU.
Ese es un proceso que nos tomó casi 15 años para que quienes no tienen documentos no solo puedan tener la licencia de manejo sino también un seguro médico y un seguro que les permite aportar a la entidad de los impuestos, entonces pueden y deberían adaptarse a este sistema.
- ¿Cómo ven al Ecuador los migrantes que residen en EE.UU?
Se ve que Ecuador tiene un sistema corrupto, un sistema que no está funcionando muy bien y retrasa todo. Inclusive para comprar un tubo en una fábrica en Ecuador tuve que esperar un promedio de dos horas. La tramitología y la burocracia han llegado a todas las áreas. Tuve que hacer una documentación notarial, aparte de costosa, una larga tramitología, suba, baje, el sello, la firma, la copia, realmente lo hacen muy complicado. En lo personal pensaría dos veces para regresar a mi ciudad (Cuenca).
- ¿Desde su punto de vista qué debe cambiar en Ecuador?
Lo que debería cambiar es la mentalidad para poder tener un sistema operativo, que realmente sea de progreso, yo veo que de la manera en la que está encaminado el Ecuador, con un sistema corrupto, no puede encaminarse a un progreso… Es la mentalidad, es la cultura, que de alguna manera como decimos hay que cambiarle el switch, y eso mucho depende que las políticas que establece un sistema de gobierno…
- ¿Y la inseguridad?
Los migrantes tenemos la esperanza de poder regresar a un país y vivir en nuestra propia tierra en paz, sin temor, aquí hay que estar diciendo: sube la ventana, no le veas, guarda el teléfono, no se puede caminar en paz… No significa que en EE.UU., no haya criminalidad, pero hay un sistema de justicia muy diferente. En EE.UU., el preso no tiene la llave de su celda, el preso se reforma de alguna manera…
- ¿Qué debe haber en Ecuador para que los migrantes regresen a invertir?
Debería haber un sistema que dé seguridad al sacrificio, porque mantenemos la economía en EE.UU., y la economía en Ecuador. El gobierno ecuatoriano debería tomar muy en serio el aporte que nosotros hacemos al país… La comunidad migrante no tiene el apoyo que necesita de parte del gobierno.
- Recientemente en su visita a Ecuador usted fue víctima de un secuestro express en Guayaquil. ¿Cómo ocurrió?
Ahorré, llegué a Cuenca y compré los pasajes de avión a Galápagos. Fui a Guayaquil y estuve en el Malecón. De regreso al hotel con mi hija tomamos un taxi y el taxista nos sacó un revólver y luego se subieron dos individuos más. Tuve suerte y siento que volví a nacer. Se llevaron el dinero y el teléfono, y luego nos abandonaron en un sitio cerca del hotel mismo… No estoy dispuesto a hacer turismo en Guayaquil en los próximos años.