No importa por donde se recorra el Ecuador, desde el Carchi al Macará; desde Mataje a Salinas por la Ruta del Spondylus; o, por la Troncal Amazónica o Ruta del Agua (Yaku Ñamby), siempre uno encontrará hermosos paisajes, vistosos poblados, deliciosa gastronomía y gente amable.
En un reciente viaje pude comprobar que, dependiendo de la región, el estado de la vialidad es totalmente distinto, tanto por su calidad, seguridad, y modelo de gestión que opera (pago de peajes).
En ocasiones, el debate ha girado en torno a sí el número de vehículos que circula por las vías del Austro son atractivos para una posible inversión de un socio privado (concesión), y se usan como referencia estudios que al parecer concluyeron que la zona no era rentable.
Sin embargo, actores como ASFALTAR EP, plantean un modelo de gestión de equilibrio vial, en el que se valore no solo el número de vehículos, sino el dinamismo que representa una vía de comunicación desde la perspectiva social, económica y estratégica.
Véase así, la conectividad que debería tener la ciudad de Cuenca con el norte (Quito), o con el occidente (Guayaquil y Machala), hacen que sea obligatorio buscar alternativas, que no dependan únicamente del gobierno central como único actor y financista.
Si bien es cierto, en el país se ha demonizado la idea que el privado pueda invertir en la infraestructura o gestión de los servicios públicos, existen a la vista modelos exitosos en los que la concesión permite un servicio de calidad, véase el caso de las autopistas del Guayas, Chimborazo o Cotopaxi.
La CAF- Banco de Desarrollo de América Latina, recomienda 7 condiciones necesarias para que funcionen las Alianzas Público-Privadas en entornos urbanos: 1. Generación de valor; 2. Estabilidad a nivel de Gobernanza y Transparencia; 3. Innovación y flexibilidad contractual; 4. Tener en cuenta las externalidades; 5. Participación; 6. Revisar sistemas de pago y modelos de negocio; y, 7. Usar y aprovechar el Big Data.
Es hora de que los distintos actores: gobierno central, gobiernos autónomos descentralizados, gremios, academia, ONG, entre otros, generen planteamientos respecto de un nuevo modelo de gestión vial en el Austro. Mientras eso no suceda, la región corre el riesgo de permanecer incomunicada. (O)
